Don Isauro un pervertido Tendero. Parte 12ª. Final. - Relatos Eróticos

Don Isauro un pervertido Tendero. Parte 12ª. Final.

... domingo por la noche tocaron a su puerta y salió a ver por su balcón y era Teresa la mamá de su novia, ¡le extraño!, pero bajo a abrirle, la invitó a pasar, se acomodaron en la sala, tomándose un café platicaban, ¡de que ella pasó por ahí!, y se le ocurrió pasarlo a saludar, entre la amena plática se tomaron cada quien un par de cafés cada quien, para después tomarse unas copitas de amaretto, que es un licor medio afrodisiaco para las mujeres, el cual degustaban amenamente, Teresa pedía ir al baño a cada rato, y la plática se volvía entre cachonda y caliente entre los dos. Ya en puntos, ¡ella media alegre por las copitas!, él sobrio pero con algunas encima, se daban las preguntas morbosas a las que Isauro acostumbraba a hacerles a las mujeres. I. - - - ¿Oye teresa, y a que te dedicas?, sé que no tienes marido, ¡bueno eso lo sé por Mina y Gris!, ya que hacemos platica cuando van a jugar a la miscelánea. T. - - - Pues mira, mi pareja me abandono cuando estaba encinta de Griseldita, ya Guillermina ya tenía un año y medio, se fue dizque para el norte y ya nunca supimos de él, yo trabajo de recamarera en un motel de paso, por las noches. I. - - - Ok, ¿es por eso que no estas con las nenas?, bueno pero ganas bien entre tu sueldo y las propinas, has de salir bien a la quincena, ¿no? T. - - - Pues algo, pero no mucho, ¡apenas me alcanza para pagar la renta y comer mis niñas y yo! I. - - - Pero me dicen tus niñas que a veces metes hombres al cuarto donde rentan, ¡y que delante de ...

... ellas te echas tus buenos “palitos”! T. - - - ¡Ay qué niñas tan chismosas!, no les hagas caso, una ocasión ellas me cacharon haciéndolo con un amigo, ellas estaban afuera jugando, de momento entraron y pues nos vieron a ese hombre y a mí en pleno encuentro de cuerpos. I. - - - Y a poco allá en tu chamba, ¿no lo haces? T. - - - Pues mira llega mucho hombre sólo a hospedarse por días, y sí luego se le insinúan a uno, pero no me meto con esa gente, ya que luego, de momento se van y ni siquiera le dejan a una para los camiones. I. - - - A caray, no pues eso, sí está cabrón, ¡dar la pucha y que no te lo agradezcan!, además se ve que estas buena, ¡ya te imagino encueradita mostrando tus encantos! T. - - - Pues sí me cuido el cuerpo, tres veces por semana me voy a un aerobics, antes de irme a la chamba, ¿yo creo que por eso me mantengo así, cómo dices? I. - - - ¿Y cuándo fue la última vez que lo hiciste?, ¡ya que te noto algo inquieta! T. - - - ¡Pues ya tiene más de tres meses!, con un amigo taxista, que pasa por mí al patio, para llevarme a trabajar. I. - - - Entonces ¡sí tienes ganitas de hacerlo!, ¿no? T. - - - ¿Pues no sé?, depende no me doy muy fácilmente, me cuido, ¿a poco le agrado? I. - - - Vaya que sí me agradas, ¡estás bien piernudita!, tómate otra copita de amaretto, ¡para que no se seque tu vasito! Entre mini vasitos de ese licor, las cosas se iban poniendo calientes, Teresa se daba a bailar para Isauro, contoneándose de una manera muy sugestiva, moviendo sus caderas ...