-
Infiel con el enemigo de mi esposo
Fecha: 06/06/2019, Categorías: Sexo Oral Autor: timida28, Fuente: CuentoRelatos
... continuar caminando, así que me convencí a mí misma que no tenía nada de malo ir a su cuarto y nos dirigimos alla Una vez adentro, me erguí tratando de marcar el número para llamar a Roberto. Aunque ya me estaba sintiendo mejor aún estaba muy inestable. Esteban se paró detrás de mí para sostenerme mientras marcaba. Mientras llamaba él empezó a rozarme suavemente los flancos de mis caderas. Al no haber respuesta de Roberto, me volteé a comentárselo a Esteban y lo siguiente que supe es que su boca estaba tocando la mía. Sus labios no se parecían para nada a los de mi marido y aunque sabía que no debería estar haciendo esto, abrí mi boca y empezamos a besarnos. Él empujó su lengua dentro de mi boca y me cogió hacia él mientras volvía a acariciar mi trasero. Se sentía ¡taaan bien!, pero sabía que debía detenerlo. Me separé de su beso y le recordé que era una mujer casada además de ser la esposa de su amigo. Le dije entonces que deberíamos regresar a esperar a la recepción. Él me susurró una disculpa al oído y me dijo que le era difícil controlarse por lo bien que me veía contoneándome en ese apretado vestido. Me dijo que Roberto era un hombre muy afortunado por tener una mujer que se veía y vestía así y que lástima que yo no lo deseara a él, pero que por supuesto lo comprendía. Caramba él sí que sabía qué decir y además era todo un caballero. Y yo estaba taaan caliente. Le dije que no era que no lo deseara, pero que estando casada no debía dejarme llevar. No sé por qué, ...
... pero… yo tenía que besarlo nuevamente. Abrí mi boca para sentir su lengua una vez más antes de retirarme. Seis semanas son demasiado tiempo. Estaba a punto de dar por terminada nuevamente la sesión, cuando él empezó a acariciar muy suavemente mi seno izquierdo a través de la ligera tela de mi vestido. ¡Mi talón de Aquiles! Lo sentí tan bien, que las rodillas me temblaron. Lo permitiría unos minutos más y luego me retiraría. No estaba preocupada porque sabía que podía detenerlo en cualquier momento, pues todo el tiempo él se había comportado caballerosamente, nunca forzando la situación. Me convencí a mí misma que sólo era un poco de agasaje sin consecuencias, algo que había hecho con otros tipos mientras éramos estudiantes. Roberto nunca supo. Sólo un poco de emoción insustancial. Se sentía tan bien que lo dejé que continuara. Él retiró la parte superior de mi vestido un poquito quedando a la vista mis pezones mientras nos besábamos. Empezó entonces a girarlos con la yema de sus dedos mientras yo le acariciaba su musculoso pecho. Este hombre es maravilloso. Cuando él me abrió el corchete y sacando mis pechos empezó a lamerlos y besarlos me sobresalté. Traté de separarme pero él incrementó la succión a un punto que se sentía demasiado bien para detenerlo. No podía creer lo que estaba yo haciendo, mi mente giraba rápidamente. Mis piernas no me sostenían y me senté en la orilla de la cama. Sólo un minuto más me dije, después de todo han sido seis semanas. Por alguna razón era ...