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Infiel con el enemigo de mi esposo
Fecha: 06/06/2019, Categorías: Sexo Oral Autor: timida28, Fuente: CuentoRelatos
... de encima de mí sacando su larga vara de mi hinchada y enrojecida vulva. Despacio me incorporé apoyándome en los codos y miré hacia abajo cuán totalmente follada me veía. Mi precioso vestido estaba amontonado alrededor de mi cintura, mis empapadas bragas colgaban de uno de mis tobillos. Mi coño estaba enrojecido e inflamado y mi vello púbico estaba matizado y empapado de su semen. Mis pechos también estaban enrojecidos y cubiertos de marcas de su intenso succionamiento. Pero lo que más me asombraba era el río de semen que escurría de abierta grieta y formando un charco en la cama debajo de mí. Tomé una almohada y la coloqué debajo de mis nalgas para elevar mi útero. Quería mantener su calidez dentro de mí un poco más. Estaba tan abierto mi chocho que pensaba si volvería a sentir el pitito de mi marido cuando me lo metiera. Esteban rió y me dijo que este sería nuestro secreto. Después de unos 20 minutos me levanté y me tambaleé al caminar mientras me escurría semen por el interior de los muslos. Nunca había visto algo como esto. Sabía que no podía llegar a casa en estas fachas así que me metí a la ducha para lavarme tanto como se pudiera. Cuando terminé regresé y vi a Esteban durmiendo en la cama con su maravilloso y pegajoso tronco recargado sobre su estómago. Me deslicé en el vestido y me subí lo que quedaba de mis bragas. Me salí preguntándome si alguna vez podría volverlo a ver, pero no quería arriesgarme a volverlo a incitar tampoco. Podía sentir su descarga aún ...
... goteando de mí en el camino a casa y esperaba que mis empapadas braguitas pudieran retenerla. Mientras conducía me preguntaba cómo había podido permitir que esto pasara. Me sentía tan perversa. Empecé a tocarme la raja con un dedo de lo caliente que estaba. Afortunadamente Roberto estaba dormido cuando llegué a casa. Rápidamente me metí al baño y me puse un camisón que tapara mis enrojecidos pechos, me coloqué unas bragas limpias y me subí a la cama. Estaba aterrorizada de que de alguna manera él pudiera oler la esencia de su rival en mí. Mientras permanecía acostada podía percibir el tibio semen de Esteban todavía goteando de mi raja. Roberto se despertó finalmente y permanecimos acostados en la oscuridad. Me preguntó si había disfrutado la fiesta. Le dije que había estado bien, pero que por alguna razón no me sentía bien. Le sorprendió y desilusionó, pero pareció entenderlo. Entonces se pegó a mí y acariciando mi estómago dijo que trataríamos de culminar nuestra "cita" luego cuando me sintiera mejor. Yo no quería que él me tocara nuevamente hasta varias semanas después cuando confirmé que efectivamente llevaba el niño de Esteban en mis entrañas. Roberto me preguntó si lo había visto y me había atendido y le confirmé que sí, que incluso habíamos bailado y que en todo momento se comportó como todo un caballero. Le dije que probablemente deberíamos reunirnos con él en alguna ocasión y Roberto estuvo de acuerdo. En la oscuridad no pude evitarlo y me sonreí, no podía mi ...