1. Gochito Veguero 01


    Fecha: 28/05/2019, Categorías: Gays Autor: shotaboy, Fuente: SexoSinTabues

    Yo había nacido y crecido en los andes venezolanos, en el estado y la ciudad de los caballeros que comparten el mismo nombre, Mérida, en ese lugar viví con mi madrecita los mas preciosos momentos de mi vida, como la mayoría de la población andina (o gochos como se nos dice a veces de cariño y a veces por maldad) era de piel clara, y cabello dorado y rizado, bueno, mas castaño que dorado, de ojos marrón claro tirando a verde olivo y de cachetes coloraditos de rosado, uno a cada lado de una boca rojita y carnosa como una pumarosa pintona, yo admito que he sido lindo toda mi vida (modestia aparte) lo que muchas veces me hizo objeto de halagos, de regalos en la calle de gente que decía "dios te cuide mi catire bello", a veces uno que otro pormenor con algún compañerito que gustaba de apretarme una nalga furtivamente; pero se volvió el inicio de una maldición cuando mi maestro, un hombre letrado y culto de mas de 50 años me castigaba adrede para imponerme penitencias en el recreo como excusa para manosear mi hasta entonces inmaculado cuerpo, y aunque no es de él de quien trata esta historia voy a darle una breve participación pues fue el detonante de los giros y pormenores de mi vida. Sentí sus ásperas y varoniles manos desplazarse por cada centímetro cuadrado de mi piel, amasando mis glúteos, dándose todo el tiempo para apretujarlos, sobarlos y manipularlos a su antojo, mi sistema nervioso comenzaba a despertar sensaciones desconocidas para mi pero la puerta de mis inicios ...
    ... sexuales comenzaba a abrirse; mis vellos se erizaban durante el tiempo que el dedicaba a mis castigos, con el paso de los días se volvía mas osado, me ordenaba desnudarme por completo para mis penitencias, en aquel entonces con mis 9 años era un niño tremendo y flojo pero tenía una chispa creativa de la que carecen muchos de mis "parientes gochos" (en Venezuela se dice que los gochos son tan caballerosos y buena gente que siempre la gente se aprovecha de nosotros), era muy hábil para las matemáticas y la lógica en los juegos como el dominó, juegos de azahar o habilidad, especialmente las cartas, debido a esto ya había contemplado delatar a mi maestro con la directora o mi mamacita pero no lo hice porque apenas una semana de penitencias le había comenzado a agarrar el gusto a las caricias de mi maestro y como comenzaban a volverse una estimulante rutina lo dejé hacer. Sus manos me daban cariño con la misma presteza con la que un músico despega las notas de un contrabajo para deleitarse con las mas bellas tonadas, y yo me sentía el instrumento mediante el cual aquella bella música era posible, además de que las habilidosas manos de aquel buen señor sabían cómo mantenerme aletargado en placer para dejarme pidiendo más, más de su lengua en mi culo, más de sus dedos dilatándome, más de su semen en mi garganta, para unos días después de carnaval (como 4 semanas) mis penitencias habían pasado de caricias, apretujones y lamidas a medio vestir hasta desnudarme completamente, entregarme a ...
«1234...7»