1. El Cazador - Parte 1


    Fecha: 21/06/2017, Categorías: Gays Autor: johna.2012, Fuente: SexoSinTabues

    Capítulo 1 - Las Reglas La puerta eléctrica del portón de aquella lujosa casa hizo un sonido mecánico y luego se abrió, haciendo que mi piel se pusiera de gallina por un segundo, dando inicio al caudal de emociones y sensaciones que me azotaban cada vez que salía de cacería. Con paso firme y seguro, crucé el umbral de la puerta y luego me volví para cerrarla, soltando un suspiro al hacerlo, consciente de lo que vendría después. Apenas me volví hacia el frente nuevamente, la puerta interior de la casa se abrió y una silueta se dejó ver a través de ella. ―¿Santiago? ―pregunté, tratando de reconocer en aquella silueta el rostro de aquel chico que me envió su foto un par de horas atrás. ―Sí, ¿Alex? ―preguntó él, intentando reconocerme también ―. Te ves mejor que en tus fotos ―continuó diciendo y una sonrisa pícara se dibujó en su rostro. ―También tú ―mentí, mientras comparaba en mi mente las diferencias que había entre el chico lindo y formado de la foto que me había enviado y aquel muchacho algo desaliñado y regordete que tenía frente a mí. Soltando un suspiro de resignación, caminé hacia la puerta donde se encontraba y entré a la casa con él. ―¿Estás seguro que tu mamá no vendrá hasta las 8? ―pregunté, mientras le daba una rápida mirada a su lujosa casa, observando con cuidado los cómodos muebles de la sala e imaginándome todas las posiciones sexuales en las que me podía coger a ese chico en aquel lugar. ―Sí. Como te dije por el chat, tiene una reunión y regresará hasta la ...
    ... noche… Estamos solos. Los ojos de aquel chiquillo brillaron cuando terminó su frase y su sonrisa apareció para acompañar su no tan sutil comentario. ―Muy bien ―contesté, esperando que él tomara la iniciativa, como anfitrión. ―Toma asiento ―dijo, señalando uno de los muebles ―¿Quieres algo de tomar? Su nerviosismo era evidente. A pesar de tener aquella actitud picara, realmente no sabía lo que hacía, por lo que decidí empezar yo. ―No parece que tuvieras 15 años… te ves bastante alto para tu edad ―dije y con unos pocos pasos me acerqué hacia él, quedando a sólo un metro el uno del otro. ―Gracias ―contestó y sus mejillas se sonrojaron―. Tú tampoco aparentas tu edad, te ves muy joven, no pensaría que tienes 22 años, fácil te pongo 18 o 19. ―Sí me lo han dicho ―contesté mientras levantaba lentamente mi mano y empezaba a acariciar su rostro suavemente. Podía observar en sus ojos que su calentura estaba a punto de vencer a su timidez, así que lo único que tenía que hacer era darle un pequeño empujoncito. Lentamente tomé su rostro con ambas manos y me acerqué hacia él, sin dejar de mirarlo. Luego le planté un beso en sus labios que hizo que el volcán que llevaba dentro hiciera erupción de inmediato. Sin que me diera cuenta, sus manos ya estaban sobre mí como tentáculos, recorriendo desde mi pecho hasta mi entrepierna. Su respiración empezó a agitarse y sus besos incrementaron su fuerza. De un momento a otro su cuerpo se convirtió en un tornado de pasión que empezaba a costarme trabajo ...
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