... …pues… nos bañamos juntas… me besó… DOÑA LAURA: ¿Y te gustó? YO: No sé… tenía 11 años. DOÑA LAURA: ¿Qué más hicieron? YO: …me tocó mi vaginita… yo también se la toqué… DOÑA LAURA: Que rico… ¿Qué más? YO: No me gusta que se excite con lo que le estoy contando. DOÑA LAURA: ¡Que te importa si me excito! ¡Sígueme contando! YO: …ella se agachó y me chupó mi cosita… DOÑA LAURA: ¡Sigue! YO: …después yo hice lo mismo y se la chupé… ay, doña Laura, eso fue todo lo que hicimos. DOÑA LAURA: ¿Y te gustó? YO: No sé… creo que todas las niñas por curiosidad hemos pasado por eso… pero no sabría decirle si me gustó… a mí me gustan los hombres… DOÑA LAURA: A mí también, pero probar otra mujer es un sabor aprendido… delicioso… reconoce que estás excitada. YO: No, ¿Por qué lo dice? DOÑA LAURA: Porque siento tu humedad sobre mis nalgas. YO: Pero es sin querer. DOÑA LAURA: Así empecé yo, sin querer, pero luego de que la chica me mamó la raja me encantó ¿Quieres que te la mame? YO: No, doña Laura, no me diga esas cosas. DOÑA LAURA: ¡Acuéstate! Te voy a enseñar lo que es una buena mamada, ningún hombre te hará sentir tan rico como yo. Me jaló hasta la orilla de la cama, ella se hincó en el suelo, puso mis piernas en sus hombros y me empezó a lamer la concha, yo cerraba los ojos llena de angustia, ya no era una niña ¿Por qué no la aventaba y salía corriendo?. estaba sintiendo delicioso, tenía razón, ningún hombre me la chupaba como lo hacía ella, la forma en que tomaba mi gallito con sus labio era ...
... enloquecedora, yo me tocaba las tetas ¿Qué estaba haciendo? Estaba disfrutando como una ramera lesbiana, no podía seguir pensando, su lengua hacía maravillas en mi hoyito trasero mientras me metía y me sacaba un dedo de mi vagina, no podía creerlo pero estaba a punto de venirme. Ella se dio cuenta y me acostó al centro de la cama, se me subió encima y me puso todo su culo en mi cara, me ordenó que se la mamara, me sentía ahogar, tenía mi boca en su raja y mi nariz estaba presionada por su culo, cuando saqué la lengua para empezar a lamerla me dejó respirar, no tuve más remedio que mamarle la raja, después de todo no sabía tan mal, hasta este momento ni siquiera había probado mis jugos, pero los de ella me sabían a gloria, se acomodó para que le chupara el culo, yo metí mi lengua dentro de su canal trasero y me frotó las tetas con mucha pasión, luego se inclinó e hicimos un delicioso 69, nos mamamos delicioso y nos atravesamos los culos con los dedos, para terminar la faena me hizo la tijerita y fue el momento más placentero, no sabía que frotar mis labios contra los de ella era tan delicioso, nos fundimos en un orgasmo largo lleno de pujidos y gemidos. Nos bañamos juntas y me dijo que ese sería nuestro secreto, yo no sabía que hacer pero asentí con la cabeza, traté de explicarle lo del yacusi y me dijo que no me preocupara, que ella no tenía ningún derecho moral para reclamarle nada a su esposo, que justamente con la chica que la había visto en el DVD, fue con quien su marido ...