Iniciación al sexo
Fecha: 07/03/2019,
Categorías:
Lesbianas
Autor: remyvelez, Fuente: CuentoRelatos
Hola. Os cuento esta historia porque últimamente no paro de rememorarla y quería compartirla.
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Cuando acababa el instituto, ya mayor de edad, tenía un follamigo, algo mayor que yo, unos 30 años, que tenía una pequeña tienda de ropa en el centro de Murcia. Él fue mi iniciador y a menudo yo me acercaba por su tienda a la hora de cierre en un recalentón. Incluso lo llamaba cuando estaba currando para masturbarme y ponerlo a mil mientras me oía.
Yo tuve claro desde siempre mi sexualidad, y desde adolescente comprendí que me gustaba exhibirme y poner cachondos a otros tíos. Durante mi viaje de estudios en Andorra, estaba dándome una paja, solo en el cuarto, cuando entró Antonio, uno de mis compañeros de habitación, delgadito y apocado, así que lo único que se me ocurrió para disimular fue fingir que estaba dormido, pero la polla empalmada se me quedó medio fuera del pantalón. Y más dura se me puso cuando Antonio se dedicó a mirarla atentamente desde su cama, creyendo que yo dormía.
Desde ese día me excitaba mucho recordándolo, y lo hacía a menudo. Así que un día, cachondo perdido, lo llamé por teléfono y le conté que había fingido dormir y que desde ese día me acariciaba y masturbaba pensando en cómo me miraba la polla, y que mientras hablábamos me estaba pajeando. Él negó que estuviera mirándome y todo lo demás, pero no colgó así que yo seguí hasta el final y pudo oírme mientras me corría a su salud y después yo le colgué.
Al pasárseme ...
... el calentón me di cuenta de lo que había hecho y temí que al día siguiente se liara en el instituto y me descubriera. Pero sorprendentemente no fue así. Los días pasaron y yo no tenía relación con él en clase, pero muchas tardes, después de comer y aprovechando que estaba solo en casa, lo llamaba cuando me excitaba. Él siempre me decía que no le iban esas cosas, pero nunca colgaba mientras yo le describía como me masturbaba, las cosas que me iba haciendo o como me gustaría tenerlo ahí conmigo, hasta correrme entre gemidos al teléfono.
Así estuvimos casi dos años, yo con mis polvos y sexo real, y con nuestras pajas telefónicas. Aunque él no me lo decía, se le notaba la excitación por teléfono. Y yo iba iniciándome cada vez más en el sexo gay, incluso con más de un tío a la vez.
Un día decidí pasar al siguiente nivel con Antonio. Al salir de clase me acerqué a él, cosa que no hacía en persona en dos años, y le dije si me quería acompañar a una tienda de ropa. Me miró raro y sorprendente me dijo que sí. Sin llamar a mi follamigo me planté en su tienda con Antonio 5 minutos antes de que cerrara. Los presenté e hice como ya había hecho otras veces en solitario y mirando a los ojos a Paco, el dueño de la tienda, le dije que le esperábamos en la trastienda, un cuarto no muy grande que usa de almacén y que tenía un espejo de cuerpo entero en la pared.
Antonio estaba muy nervioso y Paco algo desubicado, pero se olía el asunto y me dejó llevar la iniciativa. Mientras lo oía ...