Un desconocido en el metro
Fecha: 07/03/2019,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: xicletdementa87, Fuente: RelatosEróticos
Las puertas del metro se cerraron y el vagón se puso en marcha. Aunque solo me faltaban tres paradas para llegar a mi destino, el trayecto se me estaba haciendo más largo que de costumbre. Había sido un día complicado en el trabajo y estaba más cansada de lo normal. Intentaba distraerme mirando mi móvil, pero ya no me quedaba nada interesante por ver, así que mataba el tiempo mirando a los demás pasajeros y pensando quienes debían ser, de donde venían y todas esas cosas. El metro empezó a frenar hasta que se detuvo, y las puertas se abrieron de nuevo. Por la puerta que estaba justo delante mío entraron tres personas y, al cabo de poco de haber arrancado de nuevo, me dí cuenta de que un chico me estaba mirando. Parecía tener entorno a 30 años, pero se le veía joven. Tenía el pelo corto y oscuro y llevaba un poco de barba no muy larga, también oscura y con tonos rojizos en la barbilla. Tenía los ojos verdes y una mirada vivaz. Vestía una chaqueta negra y unos tejanos azules. Al ver que me miraba desvié mi mirada, y supuse que él habría hecho lo mismo... pero, cuando volví a mirar disimuladamente al cabo de unos segundos, ví que seguía mirándome. Esta vez, le aguanté un poco la mirada, y él sonrió. Era una sonrisa cálida y próxima y, sin casi darme cuenta, le devolví la sonrisa. Esta vez él apartó la mirada y, durante las estaciones que quedaban, nos miramos cada vez más fijamente hasta que, en cuanto llegué a mi estación, hacía ya un rato que nadie apartaba la vista. En ...
... cuanto el metro se detuvo, levanté las cejas y sonreí, supongo que para despedirme, y abrí la puerta sin dejar de mirarle. En cuanto me hube bajado, me dí cuenta de que él se había bajado también y que venía unos pasos por detrás mío. Caminé un poco más lento hasta que él quedó a mi lado y seguimos caminando juntos, sin decir nada. No sé aún muy bien qué me hizo decidir, pero pasé de largo las escaleras por donde tenía que salir y me dirigí hacia el baño, con el desconocido a mi lado. ¿Qué haría? ¿Se desviaría él, esperaría fuera...?
Entré en el baño de señoras y, para mi sorpresa, él entró detrás mío. Me quedé un poco perpleja y sin saber muy bien qué hacer, y él me cogió de los hombros y me metió en uno de los lavabos junto a él antes de cerrar la puerta. Mi respiración era muy agitada y me dí cuenta de que el corazón me latía muy deprisa. Él deslizó una mano desde mi hombro hasta mi espalda y bajó suvamente con las puntas de sus dedos hasta posar su mano sobre mi culo. Yo levanté mis manos, las puse en su cintura y apreté su cuerpo contra el mío. Noté un bulto enorme en sus pantalones y sentí como me crecía una excitación enorme en el estómago y entre mis piernas. Él llevó sus manos hasta mi cinturón, lo desabrochó y me bajó a la vez los pantalones y las braguitas. Estaba nerviosa y a la vez muy excitada, pero prácticamente congelada: no sabía qué hacer ni cómo reaccionar. Él me empujó suavemente hacia atrás, puso sus manos en mis pantorrillas y se arrodilló poco a poco ...