1. Nines


    Fecha: 01/03/2019, Categorías: Erotismo y amor Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... señalado, “mi” Nines de mi alma, “mi” Nines de mi corazón, “mi” Nines de mi vida, (Alma, corazón y vida; alma, para conquistarte, corazón, para quererte y vida para vivirla junto a ti)
    
    Sí; Nines estaba allí, donde quedáramos, pero eso solamente, su cuerpo, y porque no se lo podía dejar, “olvidado”, encima “er piano”, que si no… En fin, que pasear con una muerta, un cadáver, seguro que resultaría bastante más entretenido que hacerlo con mi musa de vaya usted a saber qué “Parnaso”, “Parnasillo” o “Parnasete” de mi arma, de mi entretela y todo lo mío, cashindiela…
    
    Así la fui aguantando algún sábado, algún domingo que otro, hasta que harto ya del juego de la nena, me la planté en mis trece: Que eso, lo que venía haciendo, no era lo pactado; yo le pedí, única y exclusivamente, que me tratara, me viera, como una persona, no como un gusano, luego, de seguir ella así, yo me desentendía de lo hablado y allá se las compusiera ella si, no lo quiera Dios, sus andanzas por la “Costa Fleming” y tal, y tal, trascendían hasta el terruño. Lo cierto es que yo, en absoluto le haría semejante guarrada, pero eso ella no lo sabía, luego podría dar excelente resultado la velada amenaza
    
    Y sí, al instante como quien dice, empecé a nota cierto cambio en ella, traducido en algo así como unos incipientes, insólitos, buenos modos para conmigo. No es que, de buenas a primeras se deshiciera en atenciones, interés hacia mi persona, que no, y si me hablaba era casi, casi, lo imprescindible, ...
    ... respondiendo a mis palabras, mis soliloquios más de una, más de dos veces. Pero también era más que cierto que, cuando a mí se dirigía, ya respondiendo preguntas mías, ya “motu proprio”, por total iniciativa de ella para saber cosas mías, su trato era de un afable, un cordial, que a mí me tiraba de espalda, desarmado de todo cuanto negativo pudiera albergar hacia ella
    
    En fin que como no quiere la cosa andábamos ya por el meridiano del mes de Diciembre, enfilando, con toda decisión, la tercera decena de tal mes con una relación entre ambos más que menos placentera, con una Nines que se mostraba cada vez con más frecuencia, no sólo reidora, y de verdad, riendo con ganas las sandeces que, más veces que menos, soltaba por mi boquita de piñón, refrendado todo con un:
    
    ¡Pero qué tontorrón que serás, con esas salidas que se te ocurren; pero, la verdad sea dicha: Me lo paso “pipa” contigo. ¡Dios, Dios, Dios!, y lo que me harás reír No cambies, Toño; no cambies. Sigue como eres, tan sencillo, tan reidor, tan simpático… Tan buena persona…
    
    Y así, como quién no quiere la cosa, llegó el día en que me anunció que se iba ya para el pueblo; que en la “Universidad” le habían dado las vacaciones navideñas. Y sí, por fin, se marchó, marcharon juntos, su hermano y ella, el jueves 20 de Diciembre de 1962,
    
    Y ese qué pintaba aquí. Que yo sepa, recuerde, nunca fuimos amigos; nunca nos hemos tratado, y que sus padres y los nuestro sean lo que son no da para tanto… Vamos, digo yo
    
    Es que, ...
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