Terminé cogiendo con un vendedor de helados
Fecha: 14/08/2017,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: lola super, Fuente: CuentoRelatos
Llevo 9 años de casada, una vida sexual buena con mi esposo; claro que él me dedica no mucho tiempo por su trabajo, él pasa mucho tiempo en el trabajo.
Soy ama de casa y suelo hacer muchas diligencias en el centro, para ir al centro tengo que pasar por un edificio y en dicho edificio por lo regular se parquea un señor vende helados. este señor cada vez que pasaba me lanzaba piropos y me decía frases románticas.
Al principio al ver este viejo decir esos piropos me produjo repugnancia, pero con el pasar del tiempo me empezó a gustar estos piropos.
Un domingo mi esposo tenía una cena de navidad en su empresa esa tarde me estaba despidiendo de él en la terraza de la casa, tenía una blusa transparente sin brasier y un short muy apretado sin pantys, en ese mismo momento pasó este viejo y muy solapadamente le ofreció los helados a mi esposo. Mi esposo al ver a mis hijas querer helado, le solicita helado al viejo. Este viejo mientras mi esposo le cancelaba los helados, no paraba de mirarme de pies a cabeza, no quitaba su mirada de mi vagina porque se marcaba por el short, lo mismo que los senos. Este viejo esperó que se fuera mi esposo y una vez mi esposo se fue, me dijo que estaba calentón y que quería cogerme, yo le contesté de una forma grosera y entré a mi casa.
Resulta que pasaron algunos meses y mi esposo estaba muy dedicado en su trabajo, esa tarde había un evento cultural y musical en un parque, cerca de nuestra casa y decidir ir a ver con mis hijas, pero resulta ...
... que había mucha afluencia de gente y estábamos muy apretados, así que decidí por mis hijas, salir del parque. Cuando salía, me encontré con el viejo este, se acercó a mí y me pidió disculpa por lo sucedido esa tarde.
Me di cuenta que este viejo no me era indiferente y me decía cosas que ni mi esposo me decía, así que seguí pasando por el edificio. Un día, pasando por el edificio, me caí y me raspé las rodillas, enseguida este viejo me auxilió y me llevó hacia el edificio para curarme las heridas, como los raspones fueron algo grande, el conserje del edificio salió a cobrar un algodón para la curación, en ese momento quedé sola con el viejo y no sé cómo paso, pero en un pestañear, me vi besándome con el viejo y él agarrándome las nalgas, esto me puso muy calentona. En esa tarde no pasó nada más porque estaba por llegar el conserje, pasados tres días, ya recuperada de los raspones, estaba en mi casa haciendo oficios, cuando sonó el timbre, salí a abrir y era este señor, procedí a abrirle la puerta porque tenía una bolsa que se me había quedado en el edificio cuando la caída. Una vez lo hice pasar, este viejo se abalanzó sobre mí y me besó y me fue quitando la blusa y mi short, yo no podía resistir, estaba muy calentona y mojada.
Nos recostamos en el sofá de la sala, cuando este viejo se quitó el pantalón, vi que tenía una sipote polla que no dudó en introducírmela enseguida, lo cual me produjo un enorme grito, nunca había sentido una polla así. Esa mañana estuve alrededor ...