Me quería declarar y pasó esto...
Fecha: 24/01/2019,
Categorías:
Lesbianas
Autor: hotmind, Fuente: CuentoRelatos
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Últimamente han llegado muchos extranjeros a mi país. Bastantes caribeños y caribeñas, que obtienen trabajos simples. La zona donde de vivo es central, lugar donde abundan los extranjeros, viviendo casi hacinados.
Todos los días voy al almacén y comprar para merendar, es ahí donde trabaja ella, hermosa colombiana, de ojos verdes pardos, estatura mediana, grandes y redondos senos, una cintura y un trasero perfecto, nalgona. Su cara algo fuerte y sus manos marcadas daban a indicar que había tenido una vida difícil. Aunque ella muy amable y cortés, todas esas cosas me provocaron una rápido encantamiento. En esos días de verano, llevaba ella un gran escote pudiendo ver sus meloncitos, yo buscaba hablarle, pero nunca me iba tan bien, soy algo tímido. Eso hasta que llegó un día, me arme de valor y fui a hablarle, estaba allí con las compras del día y al apenas saludarla, le suena su celular. Su cara de preocupación y algo de miedo impidió mucho más mi hablar, rápidamente se fue hablando por su móvil, saliendo del local. No podía ser, ya estaba decidido así que la seguí.
Caminando apurada se metió por unas calles y entró a un cité, que son lugares donde hay una pequeña vereda y por ambos lados muchas casas y habitaciones.
Al entrar golpeó la primera puerta y entró furiosa llamando a "don gastón", yo curioso me las arregle para ver por el borde de la ventana y u arbusto alto y frondoso, era genial, nadie me veía.
Y escuché la voz fuerte y carrasposa de un hombre, ...
... un viejo panzón, pelo cano, corpulento y con cara de caliente, esos típicos viejos verdes. Hablaban:
- tú sabes morocha que todos los meses se debe pagar por vivir aquí, esto no es caridad.
- yo lo tengo claro don Gastón, no soy una aprovechadora ni estafadora.
- entonces nena, por que este berrinche. Eh?
- don Gastón, no es manera andar amenazando con tirar a la calle, usted no puede hacer eso. Como cree...!!
- a bueno calma, yo más bien quería verte querida...
En eso la mirada del viejo cambia de enfado a lujuria, llena de morbo. Además comienza a acercarse a ella y con su mano agarrándole la cola.
- no, don Gastón. Así no.
- a vamos nena, si la otra vez lo pasaste tan bien. O no?
- no don Gastón, no vine a prostituirme aquí. Déjeme!
- a dale, no seas tonta, si lo pasamos bien entre nos.
A eso el viejo se abalanza sobre ella y empujándola con su panzota la lleva hacia el sillón. Agarrándole el culo y besando su cuello.
- no, suélteme! Viejo de mierda!
- a qué va!! Si no tienes ningún peso para pagar. Déjate de bobadas.
En eso comienza a meterle la mano bajo su falda. El viejo babeándole la mejilla y tratando de meterle su lengua en la boca. Ella se resistía y trataba de empujarlo de ella.
- suéltame viejo asqueroso. - se quejaba, se notaba hasta asfixiada debajo de él siendo manoseada.
Me animaba a entrar por la ventana de alguna manera cuando veo que llega otro viejo, uno flaco y ojeroso. Quién sentó en una silla a presenciar ...