1. Por azucar


    Fecha: 20/06/2017, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... la bragueta, metió la mano dentro, sacó la polla de Paco totalmente enhiesta, y sin pensárselo, se la metió en la boca.
    
    La cara de mi marido se transfiguró por el placer que estaba empezando a experimentar, incrementado por la morbosidad de ver como se follaban a su mujer delante de sus narices, algo que no era la primera vez que ocurría, pero en esta ocasión no estaba previsto de antemano.
    
    Yo por mi parte, estaba disfrutando al máximo, con la más que respetable polla de Roberto enterrada en mi coño y la excitante visión en primer plano de Ana en cuclillas, con la bata completamente abierta mostrando sus encantos, y devorándole la polla a mi marido mientras se frotaba furiosamente el coño con los dedos.
    
    Paco, preocupándose de que en ningún momento la boca de Ana abandonase su polla, fue desnudándose como buenamente pudo. Cuando lo hubo conseguido, pidió a Ana instalarse en la cama, para hacernos compañía a Roberto y a mí, a lo que ésta accedió gustosamente. Según se acercaban, no pude evitar hacer un comentario:
    
    -Quiero ver como te follas a esta zorra delante de mí-
    
    Obediente, Ana se situó frente a mí, y se arrodilló, adoptando la misma postura que yo tenía. Paco, sin preámbulo alguno, se introdujo en ella desde atrás. Vi la cara de viciosa que puso Ana en el momento de sentirse invadida, y la excitación me puso la carne de gallina. Nuestras caras estaban a pocos centímetros de distancia, lo que aproveché para fundirme con ella en un húmedo beso.
    
    Tras unos ...
    ... minutos en esa posición, noté como a Ana le sobrevenía un intenso orgasmo. Yo todavía no lo había logrado por segunda vez, así que tuve la iniciativa de cambiar. Me apetecía tener dos pollas a mi disposición, y así lo reclamé. Mientras Ana se recuperaba, me separé un instante de Roberto e hice que Paco se tendiera boca arriba. Yo me senté sobre él, tomando su polla con una mano e introduciéndomela en el coño, mientras pedía a Roberto que me la metiera por el culo. Éste hizo lo que le decía, aunque con cierto esfuerzo, dado el tamaño de su polla. Pero yo era incapaz de sentir dolor; todo era placer, era como si estuviera embriagada de lujuria. Cuando mis dos agujeros estuvieron ocupados, me sentí plena, pero aun no estaba saciada. Quería más, y para conseguirlo necesitaba ocupar mi boca en algo, así que llamé a Ana y le pedí que pusiera su coño al alcance de mi boca. Ella se incorporó y se sentó sobre la cara de mi marido mirando hacia mí, de forma que puso el culo sobre la boca de Paco y el coño al alcance de la mía, y mientras entreveía la lengua de mi marido introduciéndose entre las nalgas de Ana, la mía pasó a explorar su coño.
    
    Formábamos un cuadro atípico y las posturas eran algo incómodas, pero nadie protestaba, solo se oían gritos y jadeos de placer. El segundo orgasmo me llegó con más intensidad que el anterior, y lo anuncié con un grito que forzosamente tuvieron que escuchar los vecinos, pero no desmayé. Sentía tanto placer que quería continuar hasta el límite de ...
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