Volver a salir con mi mejor amiga
Fecha: 16/01/2019,
Categorías:
Infidelidad
Autor: roberxl, Fuente: RelatosEróticos
... enseguida se apresuró a pedir otra copa. Pude comprobar, como mientras esperaba en la barra a que le sirviesen las consumiciones, me repasaba de arriba abajo con la mirada. Se relamía, e incluso llegó a acomodarse el paquete inconscientemente por encima del pantalón. Por primera vez en mucho tiempo me sentí deseada por otro hombre que no era mi marido, fue agradable comprobar como aquel tipo experimentado y desconocido, ambicionaba mi cuerpo de mujer. No pude evitar fijarme en el bulto provocado en su entrepierna.
No sé por qué, pero me sentí con ganas de provocarlo un poco, de coquetear con él, de jugar. Seguramente, dada su edad, nunca habría estado con una “jovencita” como yo. Me puse a bailar todo lo más sensual que pude. El me miraba desde la barra, y a mí me gustó moverme provocándole a cierta distancia. Me gustó mirarlo a los ojos y notar su mirada clavada en mí. Inconscientemente me puse a bailar quizá demasiado sensualmente, y entre mis movimientos me recogía el pelo, marcaba mis curvas, o me subía mi falda sobre el muslo. Estaba claro que Rober se relamía observándome.
“Pobrecito, esta noche tendrá que matarse a pajas” pensé mientras disfrutaba excitándolo.
“¿Qué pasaría si descubriese que voy sin bragas?. Uuhhhmm”, creo que yo también me estaba excitando de pensarlo y con tanto toqueteo. Nunca había tenido ese tipo de pensamientos.
.-“Ten prueba este otro” dijo al acercarse y ofreciéndome otro gin-tónic. De nuevo prefería mirarme al escote en vez de a ...
... los ojos.
.-“Aahh, ¿qué es?” le pregunté tras dar un primer trago. Esta vez fui yo misma quien buscó deliberadamente que nuestros cuerpos entrasen en contacto. Como quien no quiere la cosa. Comenzó a gustarme jugar con ese hombre maduro.
.-“Hendricks con Fertimans y un twist de lima” dijo esta vez posando tímidamente una mano sobre mi cintura, a la vez que chocaba su copa con la mía, y me invitaba a dar otro trago mientras nuestras miradas se entrecruzaban. Estaba claro que se me comía con los ojos.
Notar su mano sobre mi cuerpo produjo una descarga de adrenalina en mi cerebro, su mano estaba muy cerca de mi culo. Verónica tenía razón, todo eso resultaba muy excitante.
“¿Sería capaz de darse cuenta?” pensé mientras su mano acariciaba mi cintura, con la excusa de bailar o conversar. Algo me hizo reflexionar.
“No estaré pasándome de la ralla. ¿Y si me ve alguien conocido?. ¿Cómo explicárselo a mi marido?. Pero… ¿Qué tiene de malo? Pobre hombre, no tiene nada que hacer y le estoy dando falsas esperanzas” Estaba absorta en mis pensamientos, cuando la mano de Rober acarició por primera vez mi culo tímidamente, mientras me hablaba cada vez más cerca de mi boca. Se notaba por su forma de acariciarme, que buscaba el límite de lo permitido sin que yo pudiera recriminarle nada, pero forzando poco a poco la situación a su favor. Cada vez me hablaba más cerca de la comisura de los labios. A mí notar su proximidad y sus disimuladas caricias me estaban poniendo a tono.
De ...