1. Marta y el Duende


    Fecha: 10/01/2019, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Esta es una historia que se dió en un asilo para ancianitos de un pueblo de la España profunda.
    
    Imagínate una tarde de Noviembre con olor a tormenta,una niña con abrigo y botas rojas que se apresura hacia un caserón.Imagínate unos ojos verdes perversos en un rostro inocente y darás con Marta,con su abrigo marrón,su falda a cuadros escocesa,sus botas rojas,llamando a la puerta del caserón en cuya fachada puede leerse ASILO DEL SANTO SACRAMENTO.
    
    Una monja de blanco con la cruz roja en la cofia,ya mayor,la recibe y la conduce a su cuarto.De su voz aguardentosa sólo escucha un par de frases,nada más.¿Y que se podía esperar? Aquí nada era distinto.
    
    Marta venía del convento de monjas que hay al otro lado del pueblo,en lo alto de la colina.Huérfana de padre y madre había crecido entre el silencio de la vigilia y los paseos por el pueblo con las monjas los domingos por la tarde.Pero ella se sentía extraña en aquel mundo.
    
    Por eso tras muchas súplicas logró convencer a la madre superiora de que la dejase ir al asilo.Con el tiempo,quién sabe,podria llegar a ser enfermera,reunir algo de dinero y marcharse del pueblo.Cualquier cosa con tal de no ser una monja de clausura.
    
    Pero no era como ella se lo esperaba.No era como un hospital,sino como un nuevo convento que la ataba y no la dejaba escapar,lleno de monjas silenciosas.Aunque por lo menos podría conversar con los viejos.
    
    Había allí un olor decrépito que llegaba hasta su nuevo cuarto,de pared blanca,como el resto ...
    ... del asilo,con una mesita,una silla polvorienta y un armario para el que no encontró llave.
    
    Tras meter como pudo su escaso vestuario en el cajon de la mesilla y ponerse el camisón sintió curiosidad por el contenido del armario.Miraba una y otra vez por el agujerito de la cerradura y para ello se agachaba y ponía el culo en pompa pero solo veía oscuridad.Tiraba de la puerta pero no cedía y volvía a mirar por el agujerito y aquellos gluteos divinos,gordezuelos se le hinchaban.Fue entonces cuando sintió que alguien la miraba.
    
    "La curiosa observada"
    
    Miró de reojo a la puerta y justo debajo del picaporte,por el agujerito de la cerradura un ojo la espiaba.Sólo fue un segundo porque desapareció.Cuando abrió la puerta no vió a nadie,tan sólo un desierto pasillo en penumbra.Cómo en los sueños.
    
    Siguió tratando de abrir el armario cuando la volvió a sentir,la mirada;esta vez pudo fijarse en el ojo,lleno de venillas rojas,parecía el de un anciano.Rápidamente se abalanzó sobre la puerta dispuesta a todo pero otra vez allí no había nadie.
    
    Esta vez la dejó abierta y volvió a su armario controlando por el rabillo del ojo la puerta.Ésta comenzó a chirriar.-Clack- sonó al cerrase y otra vez allí estaba el ojo.Se lo quedó mirando con detenimiento.Dió un paso a la derecha y el ojo la seguía,otro a la izquierda y lo mismo.Se imaginó que era un duende de la noche que correteaba por los pasillos del asilo.
    
    Divertida se puso a bailar sola dando vueltas como una peonza,poniéndose de ...
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