SOLO AMIGAS
Fecha: 02/01/2019,
Categorías:
Lesbianas
Autor: dulces.placeres, Fuente: SexoSinTabues
SOLO AMIGAS Un día tuve que decidir entre mi familia y mi futuro, quería estudiar comunicación social y en la pequeña ciudad donde había vivido toda mi infancia y mi adolescencia era imposible hacerlo, por lo que o bien cambiaba mis pretensiones o bien me trasladaba a la capital dejando atrás a mis seres queridos. Obviamente que para una chica muy ‘familiera’ como yo la decisión fue muy traumática, no era fácil de un día para el otro dar vuelta una página de mi vida, alejarme de papá, de mamá, de mis hermanos, de mis amigas, de mi barrio, de mi historia. Y de alguna manera fueron mis padres los que me empujaron y desequilibraron los platillos de la balanza, ellos querían para mí un futuro mejor, ellos habían tenido una vida demasiado sacrificada, demasiado dura. Aun se me humedecen los ojos cuando recuerdo esa última mirada de mi familia en el andén, mientras el tren se ponía en marcha lentamente y si bien cada tanto vuelvo a mis tierras y nos mantenemos en contacto por la web, se extraña demasiado el contacto del día a día. Capital Federal me resultó un mundo nuevo, comprendía que pequeña e inocente era mi tierra natal. Fui a parar a la ciudad universitaria donde los jóvenes de bajos recursos que provienen del interior encuentran un lugar para vivir mientras estudian. El pabellón masculino estaba al frente y daba al norte, atrás, estaba el nuestro, y estaba preparado para que no se cruzaran ‘extraños’ de uno al otro lado, era difícil, pero no imposible. Los cuartos ...
... estaban diseñados para dos personas, así que casi todas teñíamos una compañera. En mi primer año me tocó ocupar el cuarto con una joven un tanto mayor que yo, le faltaba poco para recibirse, era un tanto parca, y me trataba como a una niña, así que no teníamos mucho diálogo, cada una hacía su vida, solo lo justo y lo necesario. Por suerte cuando comenzaba la primavera ella abandonó sus estudios, se dio cuenta que no era su vocación por lo que volvió a sus pagos, un alivio, prefería estar sola a mal acompañada. El receso me permitió volver unos días a casa, a renovar el aire y al volver conocería a mi nueva compañera de cuarto, por tres años, los tres años más ricos que recuerde… En ese momento tenía diecinueve, ella uno menos, cuando la vi por primera vez me impactó a primer golpe de vista, un poco más alta que yo, diría poco más de un metro setenta, unos largos cabellos rubios, en grande bucles llegando a media espalda, enormes ojos verdes y gruesas cejas que se asomaban apenas, casi tapadas por un coqueto sombrero, una nariz respingada y pómulos salientes en el que se marcaban sus rozagantes mejillas, labios perfectos, carnosos, moviéndose rítmicamente mientras mascaba un chicle dejando escapar de tanto en tanto un globo, un cuerpo delicadamente armonioso, un top apretado color rosa flúor con una estampa al frente de Hello Kitty que se deformaba entre los prominentes pechos, su vientre estaba descubierto, un piercing colgaba de su ombligo y su cintura era tan pequeña que daba ...