1. Tratamiento para la cara


    Fecha: 02/01/2019, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Nancybella, Fuente: CuentoRelatos

    Fui, soy y seré una mujer extremadamente caliente y sobre todo, probaré y probaré la rica miel de cada hombre que me posea. Igual de las chicas, con las que he pasado momentos fabulosos e inolvidables.
    
    Como les he conversado en otras oportunidades, mis alumnos son para mí muy especiales. Me han cogido en mi casa, en hoteles y en fiestas y algunas veces varios han tenido la dicha de cogerme en grupo. No olvido aquellos viajes en las que me poseen y llenan mi rostro de semen y en muchas ocasiones varios han descargado en mi boca y he tragado -feliz- esa deliciosa miel que me vuelve loca.
    
    Después de mi divorcio, el cual fue rápido y benéfico pues yo me sentía exasperada de no salir adelante como yo quería, tuve la oportunidad de convivir más con personas que me estimaban y deseaban, entre ellos mis alumnos.
    
    Una semana antes del ciclo escolar del año pasado me encontré a varios alumnos y alumnas. En esa semana cogí con todos y pasé tardes delirantes pues pareciera que el divorcio no sólo me había puesto apetecible sino que había incrementado mi apetito sexual en grado superlativo. Estaba tan deseosa que en ocasiones sacaba mis juguetes sexuales a medianoche para juguetear y salpicar la pared con mis corridas, hasta que no podía más.
    
    Sin embargo, un alumno nuevo me cautivó. De 25 años, 1.85 de estatura, barba de candado y trigueño, descendiente de españoles y que me miraba con deseo, convencido de que no demoraría mucho en caer en sus brazos. Yo había escuchado ...
    ... que se había cogido a Trinidad, una de las estudiantes más calientes de la escuela y que quería cogerse hasta el palo de la escoba.
    
    Una noche salí de la escuela y lo vi cerca de la entrada fumando un cigarrillo y mi auto estaba a unos 20 pasos de allí. Crucé el callejón y me dispuse a abrir la puerta. Sin embargo se me complicaba pues llevaba mi bolsa, varios libros y bolsas con galletas que habían preparado mis alumnos. Fue curioso, llevaba una falda blanca que hacía que se vieran mis piernas y para colmo se me cayeron las llaves para encender el auto.
    
    El tipo me miró y caminó lentamente hacia mí. Con parsimonia levantó las llaves y me las entregó en mi mano, no sin antes rozar mis dedos con los suyos. ¡oh! Eso se estaba poniendo intenso sin que hubiéramos dicho una palabra. Me quitó las llaves y abrió la portezuela del auto y me las devolvió. ¿Vas hacia algún lado? le pregunté y él se quedó mirándome.
    
    Sin más, se fue del lado del copiloto y entró al auto. Llevaba un pantalón de mezclilla azul marino y una camiseta de cuello redondo blanca, que decía "Caterpillar".
    
    Yo no supe qué hacer pero tomé rumbo hacia mi casa. Poco hablaba el chico pero de cuando en cuando sonreía de forma bonachona pero me miraba de manera intensa. Al parecer, alguien le habrá conversado sobre mis correrías. No puedo negar que iba nerviosa. Era de noche, estaba cansada y llevaba en mi auto a un ejemplar hermoso que me miraba con mucho deseo. No tenía idea de lo que haría al llegar a ...
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