La ducha - Relatos Eróticos

La ducha

... extrañas por la interrupción. Te hago sufrir un momento.

Me coloco de nuevo detrás. Te agarro de las caderas. Y te voy metiendo mi pene en tu ano con cuidado.

-Uuuuummmm. Me encanta darte por tu culito. Es mi debilidad. Me gusta y disfruto una barbaridad.

-Siiii mi vida. Es una gozada. – me contestas

Te la voy metiendo y sacando repetidas veces. Voy acelerando las penetraciones. Incremento también la profundidad. Y la fuerza. Entro y salgo con ansia. Te aprieto con las manos en las caderas. Me aferro a ellas. Hasta que ya no puedo más con mi excitación y eyaculo en tu interior gimiendo en voz alta y vaciándome dentro de tu culito. Sigo dando varias embestidas más mientras me dura la erección consiguiendo que tú te vengas también con tus gritos de placer.

Te agarro desde atrás apretándote contra mi sin movernos durante un buen rato. Notando nuestro jadear y nuestras respiraciones alteradas, y te muerdo y te beso en la nuca mientras te giras sonriente.