La Mutación de mi Hijo
Fecha: 19/12/2018,
Categorías:
Sexo con Maduras
Tabú
Autor: AkuSokuZan, Fuente: xHamster
... sentir las cosas tan calientes y sucias que mi hijo me decía, me corrí cómo pocas veces lo he hecho. Mí coño empezó a babear jugos cómo un grifo mal cerrado empapando la polla, al notar lo bien que me la clavaba hasta el fondo, dándome un enorme placer, mí coño sin que pudiera controlarlo atenazó la polla de Jack de forma intensa, cómo intentando evitar que me la sacara, notando más su dureza y grosor, haciéndome sentir muy caliente y correrme a chorros, con gran placer cómo una viciosa.Mi hijo al notar cómo mí coño le atenazó la polla, me la clavó más intensamente sintiendo sus huevos en mis labios de forma lasciva, soltándome grandes chorros de leche hirviente, mientras me susurraba palabras de forma morbosa, sobre cómo mí coño le apretaba la polla y le sacaba toda la leche.—Aaah mamá...tu coño me aprieta...muy rico...la polla...sí tómala así hasta el fondo...oooh...me estás sacando toda la leche...toma toda mí polla...hasta el fondo...me corro en tu coño...toma mí leche...sssí Me corrí con la cara clavada en la almohada, intentando que mi hijo no se diera cuenta del enorme placer que me había causado, el ser usada así por el, mientras yo permanecía «dormida» ajena a todo.Durante la tarde mí hijo actuó cómo si nada hubiera pasado en la siesta, encontrándolo muy relajado y de buen humor.Lo único que noté es que no me quitaba los ojos de encima, sobre todo al ver que iba vestida igual que en la última sesión que tuvimos la semana pasada, con un babidoll azul eléctrico que ...
... dejaba a la vista mis oscuros pezones, y una minifalda que apenas cubría mis nalgas.Aun sentía dentro de mí coño la leche que mi hijo me había metido creyéndome dormida, excitándome de nuevo solo con recordarlo. Realmente estaba perdiendo la «objetividad científica» del entrenamiento para curar el exceso de sensibilidad, que padecía mí hijo.Me estaba resultando difícil no pensar en cómo me había clavado de nuevo la polla, hacia menos de tres horas, y lo puta que me sentí, al dejarme usar así por mí hijo, y lo peor era que lo había disfrutado cómo nunca.Estaba dispuesta a acabar con aquella obsesiva atracción que sentía por mí hijo, y por lo bien que sabía tocarme y excitarme.Antes de poder decirle nada, mi hijo me recordó que teníamos pendiente un «último entrenamiento».—Mamá vamos a realizar el entrenamiento que nos falta, creo es el último ¿no es así?—busque en su cara algún signo por haber abusado de mí hacia pocas horas. Jack estaba cómo la vez anterior, rojo purpura de vergüenza mientras me hacía la pregunta, sin nada que lo delatase, esa compostura tan madura me excito haciendo que mí sexo se humedeciera, dejando escapar algunas gotas de flujo—S...sí cariño lo haremos en mí alcoba, así estaremos más cómodos, dame cinco minutos y ya puedes subir, ¿ok nene?—sí m...mamá claro.Antes de darme la vuelta observe cómo los ojos de mi hijo me devoraban las tetas, su pantalón al escuchar mí propuesta dejaba entrever un abultado paquete, que no consiguió esconder a mis ojos.Fui hacia ...