Nuestra amiga argentina de vacaciones 2016
Fecha: 18/12/2018,
Categorías:
Grandes Relatos,
Autor: dantraloco, Fuente: CuentoRelatos
... porque en algún relato está, la cosa es que un día feo que casi no había nadie en la playa, me voy a duchar, ella viene detrás de mí, y terminamos duchándonos juntas, me hizo acabar como una guacha y yo a ella.
La cosa es que la viejita, este año, estaba de nuevo, yo siempre pasaba delante de su carpa, nos saludábamos, empezamos hablar de nuevo, me dijo que no se había olvidado nunca de lo que habíamos hecho juntas el año pasado, y yo como una boluda no sabía que contestarle, y seguíamos hablando, me daba cuenta que se moría de ganas de cogerme de nuevo, y la verdad yo también, porque las viejitas a una pendeja como yo saben cómo hacerlas acabar mil veces, se ponen locas, se las quieren comer y nos dan placer ¡por todos lados!
Hasta que un día, que estaba re lindo, paso la saludo y me dice: “Caro, dejémonos de joder, mi marido se fue a jugar al golf, mis hijos están en Buenos Aires, tengo la casa sola, vamos un rato, si las dos tenemos ganas ¿o no?, y decime la verdad, ¿no te gustaría que te haga gozar como el año pasado y mejor si estamos solas en casa? Pero por las dudas, no estemos mucho tiempo”
La verdad es que me agarró de sorpresa, a ver para explicarme mejor: yo solo iba a caminar un rato y de una, la vieja me propone ¡cogerme!, y como siempre me agarra en esos momentos esa adrenalina sexual y a lo prohibido ¡que me mata!, y tampoco iba a estar como una forra, dudando durante 20 minutos para terminar diciéndole que sí.
Nada, estaba, como siempre aunque ...
... los aburra, nerviosa, pero muy nerviosa, caliente, y obvio que no le iba a decir que no.
Le digo: “bueno, dale, ¿cómo hacemos?”, y me dice: “anda a mi auto, es un xxxx, patente xxx, y yo voy atrás tuyo”, les digo a mis viejos que me voy a caminar un rato, y así solo con la bikini (para hacerla calentar más), la espero en el auto.
Llega al toque y vamos a su casa, que era re cerca de la playa.
NI bien entramos, me empieza a besar, la beso, nos matamos, como digo siempre con esos besos de mujeres, así de suaves, me tocaba toda, pero con esa suavidad que lo hacemos nosotras, y yo la dejaba, no paraba de acariciarme las piernas, hasta que llegó a mi conchita, me desabrocho la parte de debajo del bikini, y me empezó a tocar la conchita, bien tocada, suave, con los dedos, ¡casi adentro!
Me sienta en la mesa del comedor (yo ya estaba en bolas y ella también), y le la empieza a chupar, no sé cuánto tiempo duro eso, pero para mí era puro placer, yo me acuerdo que me acariciaba mis tetas junto con las manos de ella, hasta que terminé con mis piernas sobre sus hombros, su boca en mi concha y me hizo explotar en un orgasmo de aquellos, yo toda mojada con mis jugos.
Después ella se sienta en un sillón y me dice: “¡veni!” me acerco, le empiezo a besar, y de a poco voy subiendo (en realidad la que quería gozar era yo), hasta que le pongo mi conchita en su boca, me empezó, digamos a coger con su lengua, me la re metía en la concha y yo a los gemidos casi gritos de placer, mi ...