1. Llegaron las rebajas


    Fecha: 18/12/2018, Categorías: Hetero Autor: carihuevina, Fuente: CuentoRelatos

    ¿Quién era aquel chico que me sonaba tanto?
    
    Esa fue la pregunta que me hice cuando lo vi entrar en la tienda donde yo estaba.
    
    Pronto derivé mis pensamientos en otras cosas.
    
    Compré un par de prendas de ropa que me hacían falta y cambié de tienda.
    
    Había tomado rumbo a casa cuando recordé que tenía que hacer un último recado.
    
    Entré en la última tienda.
    
    Iba mirando el móvil y sin querer choqué con una persona.
    
    El olor me resultaba demasiado familiar asique alcé la mirada para ver de quién se trataba y por supuesto pedir disculpas.
    
    Resultó ser el chico que había visto en el primer local pero que en mi mente no acababa de ubicar.
    
    Me sonrojé completamente y pedí disculpas.
    
    Detrás de él podía ver una chica que no quitaba ojo de nosotros y tenía el presentimiento, nada errado de que no era por buen motivo.
    
    Presentí al momento que podía tratarse de su novia y no tardé en certificar dicha suposición.
    
    Volví a mis pensamientos y dejé pasar el asunto.
    
    Me llevé unas prendas al probador.
    
    Mientras me desnudaba pude oír en el probador de al lado de la voz de una chica seguida de la de un chico.
    
    Llamé a la dependiente para que me ayudase con la ropa y de paso me trajese alguna prenda más.
    
    Salí tímidamente del probador. Sólo llevaba puesto una camiseta y unas braguitas de Bob Esponja.
    
    Cuando miré hacia el lado vi al chico en cuestión, me sonrojé de forma exagerada y corrí a meterme de nuevo en el probador.
    
    La dependiente no tardó en volver, ...
    ... me trajo un vestido muy ajustado que había visto en el escaparate.
    
    Mientras me desnudaba por completo para probármelo, me vino la inspiración.
    
    Ya sabía porque la presencia de aquel chico me ponía tan nerviosa.
    
    Sentía una mezcla de vergüenza y ganas irrefrenables de hacer una locura.
    
    Se trataba del chico con el que compartiera aquel viaje de vuelta a casa tan peculiar.
    
    Ahora que todo se agolpaba en mi cabeza, las ganas pasaron de ser irrefrenables a ser imperiosas.
    
    Escuché que la dependienta estaba en el probador con ellos dos.
    
    Es cierto que se me pasó por la cabeza, ayudada por el amparo de la pesada cortina, jugar un poquito yo sola, pero el tiempo corría en mi contra y no podía permitirme el lujo que conlleva ciertas distracciones.
    
    Llamé por última vez a la dependienta para que se llevase la ropa que iba a comprar y recogiese la que no.
    
    Cuando se fue empecé a vestirme.
    
    A través de la “pared” que nos separaba podía oír una especie de conversación entre ellos dos.
    
    Cada vez se animaban más hasta que por fin acabaron otorgándose placer el uno al otro. Eso sí, de forma muy discreta para no llamar la atención de la dependiente ni la mía.
    
    Me quedé un rato escuchándolos. Me excitaba mucho el hacerlo.
    
    Unos pasos me sacaron de mi deleite.
    
    Era la dependienta que venía a ver si se me olvidara algo ya que me demoraba en demasía.
    
    Me recompuse completamente.
    
    Cuando salía camino a pagar, oí, o, mejor dicho, unas palabras que nada tenían que ...
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