1. A la luz de la luna


    Fecha: 17/12/2018, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... lamía con fuerza, con mucha fuerza, y yo comencé a sentir otra vez una sensación que también era completamente nueva! Aquella noche la cosa iba de sensaciones nuevas! estaba claro! Hacía más de un año que no me comía una rosca. Cristian me estaba haciendo cosas increíbles. Mi excitación estaba llegando a límites insospechados, nunca antes alcanzados. Estaba gozando de lo lindo! Estaba disfrutando como NUNCA antes lo había hecho.
    
    Bueno, vuelvo al beso negro. Cristian seguía con su labor por penetrarme lingualmente, y lo que sentía pues... otra vez me cuesta describirlo con palabras. Me sentía muy bien, sentía una especie de calor que me invadía el cuerpo, un bienestar extraño. Una sensación "dulce". Sentías esa lengua en esa parte tan íntima. El extraño placer era tan fuerte que de nuevo me ví obligado a gemir de gusto! Y al mismo tiempo, me excitaba de oír mis propios gemidos. Unos gemidos que no parecían míos de lo reales y escalofriantes que eran. Estaba retorciéndome de gusto, me movía al compás de su lengua, me abría todo lo que podía de piernas, y aparte Cristian tenía toda su cara en mi culo, abriéndome las nalgas con sus manos. Al tiempo, y sin dejar de lamerme el agujero, agarró mi polla y empezó a masturbarme. Bueno... ahí ya creí desmayarme de gusto... casi tenía sensación de mareo... Cristian estaba "trabajándome" toda esa zona de mi cuerpo simultáneamente, y yo ya no sabía discernir un placer de otro. Sólo notaba movimientos, roces, y una mezcla de ...
    ... sensaciones placenteras que me estaban dejando atónito. Dejó su lengua y empezó a meterme un dedo por el culo. No había lubricante, pero la cantidad de saliva que dejó en mi agujero por lo visto fué más que suficiente para que uno y dos dedos entrasen sin problemas en mí. A todo esto, no dejaba de sobarme los huevos y de masajearme la polla, y yo estaba en la gloria. Como ahora tenía su boca "libre", decidió que mientras me metía los dedos, podía chuparme la polla y los huevos, y eso hizo... bueno, yo ya estaba rabiando de gusto! no sabía cómo moverme para acompañar su "trabajo" Me comía de nuevo los huevos y la polla con un dedo en mi culo. Me pegaba chupones por todas partes, lametazos en las nalgas... y todo lo que se le ocurría. Hasta me lamió por las piernas. Creo que no quedó un sólo rincón de nuestros cuerpos que no quedase impregnado de nuestras salivas... y de nuestro sudor! porque hacía ya buen rato que estábamos los dos empapados en sudor, lo que hacía mucho más excitante cualquier roce o caricia. La piel resbaladiza es mucho más agradable. La temperatura ambiente
    
    aquella noche era de 29º C, con el mar a poca distancia, y una humedad que nos hacía sudar aún más.
    
    Bueno, creo que ya era hora de que fuera yo quien me comiese a Cristian, no? Estaba en mi derecho, después de todo lo que me había hecho, jeje... Su polla, también operada de fimosis, como la mía, lucía tiesa y brillante a la luz de la luna. Su longitud no superaba los 15-16 cm, pero su cabeza era bastante ...
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