Josy Prostituta. Experiencias: “haciendo la calle”, la encerrona y otras. Cap. 7
Fecha: 17/12/2018,
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Autor: Lobo Feroz, Fuente: CuentoRelatos
... recoja con la lengua la enlechada sobre las chichis, me encanta hacerlo, siento un placer que me excede.
He proba la cruz, cuando te colocan en un crucero con forma de X, amarrada de manos y pies, indefensa y disponible para todo y todos. Es común que cuando nos llevan tengan varios de estos aparatos para jugar, casi todos tiene una banca o mesa baja y acolchada, solo algunas, que te tumban sobre ella y te amarran de pies y manos a cada pata del mueble, con las cachas expuestas y las piernas bien abiertas disponible para cualquier actividad. Esta forma de utilizarnos y amarrarnos es para satisfacer el morbo de la dominación, sentir como la hembra está disponible, sometida y vulnerada. El acto puede durar todo el tiempo que el hombre o los hombres, o los hombres y mujeres, en estos juegos hasta me han ordenado, que no es lo más usual, sea yo quien ejerza el dominio del hombre. Como te contaba estos juegos pueden extenderse por horas, y en muchas ocasiones te dejan amarrada o estaqueada mientras el, o los que, te someten beben, fuman, se divierten mientras la sumisa hace las veces de morbo decorativo ilustrando la escena erótica.
Este es un trabajo por dinero, pero el placer casi nunca está fuera de él, muchas veces la paga del servicio incluye el placer que da la entrega del sexo.
Llevando el trabajo a casa.
En ocasiones, pocas, me he llevado algunos clientes a mi casa, en todos los casos mi marido tan solo se ha quedado a observar o acercar alguna bebida. Es ...
... algo recurrente que a pesar de las invitaciones para incorporarse se haya negado, lo máximo a que llegó, hasta ahora, fue para incentivar el morbo del hombre que gustaba de ver al “cornudo” abrirle las cachas a su esposa, para que él me ponga su verga en mi culo. Sí lo veo quedarse viendo todo y masturbarse de forma compulsiva.
Presenció cuando me estaban dando por el culo y se le paraba la verga, se masturbó con mucha energía sin dejar de mirar cómo me lo hacían, cada gemido era una invitación a sacudirse con más urgencia.
Me la meten bien a fondo dejándome la leche y así lubricada, sin permitirme limpiarme me la vuelven a meter, total es leche sabrosa, me jalan y chuponean las tetas hasta dejarme marcas moradas, en general no le piden sumarse en el encuentro, sino que disfrutan teniéndolo presente y dicen, por ejemplo:
—Mira que buen culo tiene tu puta mujer, mira, mira, a la piruja de tu esposa como se come mi verga, mira esta nalgona puta está buenísima, siente como grita esta perra puta de tu esposa, como la estoy abriendo con mi verga.
Poder jugar de “verdugo” rompiendo el orto de la esposa, delante del cornudo, es algo que disfrutan, tanto o más que la culeada en sí misma, seguro es una fantasía que tantos quieren ver realizada y pocos conseguirla, pero pagando el cliente tiene derecho a hacer su voluntad.
Carne nueva para el sexo
Haberme visto haciendo de prostituta, ha motivado a otras mujeres a imitarme, hasta me solicitaron consejo y que vea de qué ...