Alegrando a un anciano
Fecha: 17/12/2018,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: rolf, Fuente: CuentoRelatos
Milly era una hermosa universitaria, cursaba el sexto semestre de su carrera de enfermería, en sus tiempos libres le gustaba mucho ayudar a los más necesitados, pero por sobre todo le gustaba calentarlos, a pesar de solo tener 22 años, le gustaba mucho ir a las obras de labor social donde generalmente se entrega víveres y comida a los sectores más pobres de la ciudad. Ella siempre iba a estos lugares de manera provocativa pero discreta, algunas veces llevaba jeans ajustados y camisa ceñida, en momentos cuando se quedaba sola, procuraba desabotonarse uno o dos botones para dar una pequeña vista a los grandes y turgentes pechos que esta poseía y que era uno de sus orgullos, la reacción que sus pechos o sus trasero generaba a las personas le provocaba un morbo tremendo.
Había acabado exámenes finales y se acercaba la época navideña por lo que tocaba volver a darles una pequeña alegría a este tipo de gente, Milly a pesar de tener una mente pervertida no tenía mucha experiencia sexual a lo mucho tuvo un par de relaciones con un novio hace un par de años y su primera vez no le satisfizo como ella creía, por lo que con el pasar del tiempo (y gracias a algunas experiencias que se contara más adelante), dejo de interesarse por los chicos de su edad y se interesó por los adultos mayores, generalmente por los viejos verdes a los cuales les encantaba calentar siempre que tenía oportunidad, aunque dada su poca experiencia en el sexo no se atrevía a dar el siguiente paso.
La ...
... universitaria estaba decidida a que esta vez sería diferente y que le daría un buen regalo de navidad a algún viejo urgido, por lo cual se fue a las afueras de la ciudad, a un barrio bastante humilde donde la vida no vale nada y el gobierno o la municipalidad rara vez va a ayudarles, por estos lares vivían unas señoras que siempre ayudaban en eventos sociales y de las cuales se hizo amiga Milly hace un tiempo atrás por medio de las redes sociales, este año habían solicitado prestado el comedor popular de aquel barrio para hacer una chocolatada a las personas más humildes del lugar y le habían avisado a Milly para que las ayudara con los preparativos, ella encantada acepto.
Escogió este lugar ya que en este tipo de barrios había muchos hombres de avanzada edad y la gran mayoría eran unos salidos debido a la poca cultura y respeto que priman por esos lares, ella pudo notar como en anteriores visitas a barrios parecidos las gran mayoría de ancianos miraban fijamente sus grandes pechos y cuando se volteaba se recreaban con su gran trasero el cual era muy llamativo sobre todo si se ponía algún jean o short pegadito.
Recordar como muchas personas la desvestían con la mirada calentaba mucho a Milly por lo cual decidió hacer todos los preparativos para quedarse el fin de semana en aquel barrio, tanto para hacer labor social, como para dar un paseo por ese horrible barrio y hacer volar un poco su fantasía.
Ya tenía casi todo listo para su “buena obra social”, lo único que la hacía ...