Mi semental sonorense
Fecha: 08/08/2017,
Categorías:
Incesto
Autor: giacomo319, Fuente: CuentoRelatos
... lamer su cuello, sus gemidos de placer me invitaron a avanzar. Subí su camiseta para acariciar su estómago, dirigiendo mi mano hacia la zona prometida. Metí mi mano por debajo del pantalón y sobre el calzón acaricie su deliciosa verga, aún estaba algo flácida pero se sentía como una muy grata promesa. Mientras acariciaba su pene, comencé a lamer y besar su estómago, le provocó pequeños espasmos de placer. Me hinqué para quitarle el pantalón y dejarlo en ropa interior. La silueta de su pene debajo del calzón se veía cada vez más grande y deliciosa. Di unas delicadas mordiditas a ese gran filete sobre el calzón. Sus gemidos de placer me indicaban que estaba gozando y quería más, como buen putito obediente, baje su calzón hasta ver que se asomaba el glande, estaba empapado de néctar, mi alimento favorito, el que más disfruto saborear con la punta de la lengua. Me aplique a lamerlo, como a un rico helado, mientras acercaba y alejaba mi rostro para observar cómo aquel hilo de líquido pre eyaculatorio se estiraba desde su verga hacia mi boca. Luego, lo agasajé con largas lamidas en sus testículos y en su tronco, le da un rico beso negro, comenzó a mover su cadera en forma de círculos, a mi machín le gustaban las lamiditas en el culo. Llegó el momento de comérmela toda. Mamé su verga durante un largo rato. Sentí como se le ponía gigante y dura como piedra, por más que quise, no me la pude comer completa, pero lo hice gozar tanto con mi boquita y mi lengüita que disfruté por largo ...
... rato la tonada de sus gemidos de placer.
Estaba tan dura, tan grande que, dejé de mamar para echar mi cabeza hacia atrás y darle un vistazo a ese miembro al que pronto permitiría penetrar en mi culo. Que rico es tener tanta hombría a tu disposición. Me levanté y camine hacia el baño, tomé un lubricante que apliqué generosamente en mi culito además de agarrar un condón. Regresé con el pomo de lubricante y el condón en la mano a la cama, verlo acostado con el pito enorme me excitó sobremanera, me hinqué sobre él con mis rodillas a sus costados. Deseaba tan intensamente cabalgarlo. Dirigí su polla a mi culito, para sentir la enorme punta rosando mi ano mientras la metía un poquito para dilatarme... que rico es estar a punto de recibir tan enorme placer. No soporté más, abrí la envoltura del condón y lo coloqué perfectamente en su verga (le quedaba un poco chico pero de forma adecuada), apliqué una generosa cantidad de lubricante mientras lo masturbé, sentado sobre sus rodillas, para que estuviera a punto y viscoso. Entonces me hinqué de nuevo y poco a poco, sentí como aquél macho de Sonora me partía en dos.
No me gusta presumir, pero soy un As cabalgando machos, mis movimientos son absolutamente sensuales e impredecibles (de manera inconsciente, lo que sucede es que lo disfruto tanto que me dejo llevar por el intenso placer), lo que ha hecho correrse demasiado pronto a alguno que otro machín. Para hacerlo gozar más, giré, dándole la espalda y la vista de mis nalgas, para ...