1. EL CULO DE MI MUJER (2 DE 2)


    Fecha: 14/12/2018, Categorías: Hetero Autor: dulces.placeres, Fuente: SexoSinTabues

    EL CULO DE MI MUJER (PARTE 2 DE 2) Ella me miró y me respondió fríamente - Esa no es la pregunta correcta, la pregunta es qué pasará ‘si a mí me termina gustando todo esto’ Era cierto, en ese momento no tuve respuesta a esa pregunta, pero estaba tan enceguecido que no quería ver que nada obstaculice mi cometido, así que Karina y Santiago se contactaron gracias a mí, por medio de WhatsApp y de Skype, fue un mes largo y loco en el cual nos fuimos conociendo y armando la estrategia. Santiago era un hombre educado, refinado y se notaba de muy buen pasar, un tanto rubión y castaño, de barba rala de no más de una semana, perfectamente recortada y mi esposa poco a poco se fue liberando, se fue entregando, se fue haciendo a la idea. Me río al recordar que le pedía a nuestro amigo que corriera con los gastos de alquiler de la cabaña, para ser justos él se iba a coger a mi mujer, y era lo menos que podía hacer. Acordamos el sitio, lo vimos por google maps, preparamos las cosas, subimos al auto, fijé el gps y nos pusimos en camino. La sensación en el viaje fue muy rara, casi no hablamos, nos enfrentaríamos a algo desconocido y teníamos más dudas que certezas, funcionaría? y si a ella no le gustaba? y si mis celos me traicionaran? y si el tipo hubiera sido una mentira? y si su pudor? y si esto? y si lo otro? Demasiadas preguntas, pocas respuestas, los nervios me carcomieron todo el trayecto, sentía las manos transpirar en el volante. Al fin llegamos, fue el encuentro cara a cara con ...
    ... Santiago que nos estaba esperando, me apretó la mano y beso en la mejilla a Karina, se mostró muy respetuoso y caballero en ese momento, nos dejó ver que realmente no era su primera vez y nos dio esa confianza que hizo que nos relajáramos un tanto, aunque el nerviosismo me comía por dentro. Era el tipo de macho al que mi esposa no podría haberle dicho que no, lo leí en sus ojos cuando lo miraba en silencio mientras nosotros, los hombres, charlábamos algunas cosas como si fuéramos viejos amigos. Fuimos a una de las cabañas, la que él había reservado, apenas tomamos unas copas, estábamos ahí para hacer algo, había llegado el momento, ahora o nunca. Yo estaba decidido, tenía una erección terrible entre las piernas, sequedad en la boca y mi corazón palpitaba con tal fuerza que parecía saltar de mi pecho, la sangre latía en mis sienes, crucé los dedos, temí que Karina fuera a arrepentirse a último momento, ella pidió unos segundos para pasar al baño, el aprovechó el momento de intimidad y me dijo - Tranquilo, ponete cómodo y disfrutá, será maravilloso para ti, tengo el libreto estudiado de memoria, algo más que quieras pedir? - No… - dije sin titubear – solo no la fuerces a nada, pero no me dejes con las ganas… El empezó a desnudarse en una forma natural, confieso, el hijo de puta tenía una terrible pija, gorda y larga, yo me desnudé también y busqué mi posición de espectador, Karina salió del baño, la luz invadía el lugar atravesando los cortinados de un amplio ventanal haciendo la ...
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