Una belleza Prohibida
Fecha: 12/12/2018,
Categorías:
Infidelidad
Autor: gerwdo, Fuente: RelatosEróticos
... Lo hice dos veces nomas. Anda despacio. - Esas palabras me encendieron. Ahora mi único objetivo era verla gozar como nunca antes. Que se acuerde de la situación y se moje.
No conteste nada. Me posé sobre ella con suavidad y empecé rozando mis labios en su cuello. Acariciando con mis dos manos su cintura. Tomándola con fuerza y volviendo a serenarme. El cuerpo de esa preciosura se movía acorde a lo que le hacía, los suspiros nunca dejaron de sonar. Yo sentado sobre ella como si fuera la mujer, me aparte un segundo mientras la tomaba de las manos, le ayudé a sentarse sobre el sofá para quitarle la remera y se dejó ver un corpiño blanco, con aros, las tetas mas lindas que vi. En un movimiento quite el corpiño y me abalance con la boca abierta hacia uno de sus pezones. Llegando a mi destino frené súbitamente, para terminar dando un primer suave beso muy cerca del pezón. Mientras me acercaba a el, subía la intensidad de los apretones con mis labios. Hasta que toque con la lengua algo firme. Pezón redondito, rosa oscuro, tal y como un salvaje se lo comí. Como siendo amantando, me tomo de la nunca y me trajo hacía sí. Ella comenzaba a desinhibirse.
No pude esperar a sacarle una minifalda deportiva. Mi mano se aventuro hacia la gloria. Comencé por la rodilla. Y termine haciendo todo el recorrido por su pierna hasta el corazón de su sexualidad en una sola y larga caricia. Mis dedos se encontraron con una bombachita mojada. una textura que no exponía imperfecciones. Con ...
... movimientos circulares, a través de la tela empapada, la estimulaba. Ella respondía gozando mientras se arqueaba. Pocas veces, y como para decir que hizo lo que pudo, me decía - ¡esto está mal!. Pero nunca deje de tocarla.
Lo que más deseaba, era hacerla correrse toda. Cogerla, de todas maneras, que no pare de acabar. Por este motivo procedí a sacarme la rompa yo mismo y de forma rápida. En un solo movimiento quedé desnudo con la verga que me explotaba al aire. Le quité la mini. Seguí por una tanguita negra que era "para tapa de revista", la cual quité en parte con los dientes. Y mientras ellas me confirmaba la acción desde lejos con una sonrisa, yo observaba, con el borde de una bombacha negra en mis dientes, el paisaje que me ofrecía su vientre, esa piel hermosa, seguí elevando la mirada y por entre medio de unas tetas perfectas se veían unos ojos verdes, y esa sonrisa cómplice .
Me encontré con la conchita en ocasiones imaginé. Aquello con lo que todo hombre sueña. No dudé en bajar y chupársela. Se mojaba toda. No paraba de segregar flujo y yo me volvía loco. Al grito de ¡sí! ¡sí! me tomaba de la cabeza y me decía que no pare. Me acomodé mejor, la corrí al borde del sillón. Puse sus piernas sobre mi hombre. Con una mano por debajo presionada con el pulgar la distancia que hay entre vagina y ano. Con la otra, por arriba, y también con el pulgar, suavemente le rozaba el clítoris. Mi lengua enloquecida recorría cada parte de esa hermosa vagina. A veces los labios, otras en el ...