CUENTO 14 RITUAL 1 Andrés
Fecha: 12/12/2018,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
Patricia me había hablado por teléfono que hoy iba a realizar unos trabajos para la Universidad junto con dos de sus compañeros de carrera e iban a estar ocupados algunas horas. Para ésto iba a utilizar la mesa del comedor que era grande y amplia para trabajar cómodos y seguros. Cuando llegué pasé directo al comedor donde ellos ya estaban instalados conversando y riendo de algunas cosas graciosas que contaban, Patricia estaba sentada al medio de los dos y se sentía una atmósfera de buena disposición de trabajo, los saludé, eran Antonio y Marcelo, dos jóvenes bastante simpáticos, de cuerpos grandes, la sonrisa y la mirada ardiente que tienen los latinos y en estos momentos estaban concentrados en los libros esparcidos sobre la mesa. Ella estaba exquisita como de costumbre luciendo hoy su traje de colegiala que usamos en nuestras fantasías donde yo soy el profesor y ella la alumna, son roles que interpretamos para excitarnos más y yo siempre acabo castigándola por ser una alumna demasiado adelantada en todo, especialmente en sexo; el uniforme de la escuela era una falda cortita, tapando apenas el calzoncito transparente, una blusa anudada en la cintura que dejaba ver en su escote amplio parte de los senos divinos, casi mostrando los pezoncitos rosados que siempre los tiene paraditos y duros; una corbata pequeña que quedaba en el medio de sus senos redondos, tiene puestas las medias cortas y su pelo se dividía en dos trenzas dándole un carácter de niña-mujer con sus ojos ...
... inocentes y la mirada ocultando la malicia y la lujuria de una puta rica, el traje no era de una universitaria como ella pero exaltaba los sentidos, especialmente los míos, me hacía recordar cuando la castigaba pegándole en su culo rico hasta dejárselo rojo mientras ella gritaba y exclamaba que era una niña mala, que se portaba mal con los adultos y le gustaba comer los miembros de los profesores y que se dejaba meter las vergas cuando ellos querían haciéndole doler su vagina porque eran muy grandes, que siempre la chupaban entera, en especial sus senos y pezones y se quedaban mucho tiempo entre sus piernas mamándole la zorra entera hasta hacerla acabar, qué colegiala más rica y sensual, volví de mis pensamientos lúbricos y mirándolos a los tres les dije que siguieran estudiando, que no se preocuparan por mí, que pensaran que yo no estaba en casa y que podían hacer lo que quisieran, ésto último lo dije porque conozco a Patricia y sus reacciones fantásticas que siempre tiene para tener contactos sexuales y ésta podría ser una ocasión para aprovechar de soltarse y entregar sus delicias y experiencia a los muchachos que la miraban con bastante calentura, ella ya estaba coqueteando y moviendo su cuerpo para mostrarse como una colegiala atractiva, deshinibida, desenvuelta y abierta igual como se mostraba a las continuas proposiciones que recibía a diario de los hombres que la admiraban y deseaban. Fuí a la despensa y saqué una botella de vino, llevé cuatro copas, una para mí, y les serví ...