1. El paraíso que es el sexo lésbico


    Fecha: 10/12/2018, Categorías: Infidelidad Autor: MichelleV, Fuente: CuentoRelatos

    ... subí mis manos lentamente hasta sus hombros, mientras la yema de mis dedos disfrutaba del placer de su cuerpo, me deshice de su leñadora y nuevamente, pero con la suavidad con la que subí a sus hombros, hice lo mismo con su esqueleto.
    
    Me alejé un poco para apreciar su cuerpo, tenía sus brazos sobre la cabeza, por lo cual, sus senos, bajo el sostén, se veían pequeños, pero tan firmes como podían serlo. Bajé en medio de besos por su abdomen mientras notaba su cara de placer, al llegar a su short, lo desabotoné, y bruscamente subí a darle otro beso que duplicaba la pasión del primero, ella aprovechó para tomar el control de la situación mientras yo, de forma algo torpe, le quitaba el sostén.
    
    Ella me quito la ropa de una forma algo brusca con sus manos temblorosas, prácticamente podía respirar sus nervios, eso me lleno de seguridad tras lo que retomé el control y la coloqué de nuevo en la posición de abajo. Tras un ligero beso, tan tierno como era posible, bajé a sus senos y los lamí alrededor, con lo cual ella soltó un pequeño gemido, eso me saco una sonrisa y me incitó a bajar a la zona de oro. Baje al nivel de su cabeza, y por debajo del short, apreté media nalga con una mano, y con la otra le quité esa estorbosa prenda, luego mordí su ropa interior y busque su mirada tras sus senos, ella agarró mi cabello con fuerza y me hizo quitarle su tanga. Ya teniendo su vagina en frente, la agarré de la cintura y como si fuera su boca la que besara, la empecé a “acariciar” con ...
    ... la lengua. Con cada roce de mi lengua, su espalda se encorvaba y su piel se retraía, no tardó mucho en llegar al Clímax, y entonces soltó un gemido que pareció más un grito, yo me acerqué a su oreja, y con una sonrisa en mis labios le pregunté:
    
    —¿No que yo no te producía miedo?
    
    Ella sonrió y me dijo:
    
    —Te mostraré como se hace.
    
    Entonces tomó sus dos dedos y los introdujo dulcemente en mi vagina, lo sentí como el cielo mismo, me vine casi instantáneamente, ninguno de mis novios, alguna vez me había hecho si quiera un oral, y mucho menos había causado que me viniera, luego aparece esta chica y me hace ver las estrellas en menos de dos minutos. Su torpeza mágicamente había desaparecido, y ahora con la mayor dulzura me hacía un oral increíble.
    
    Después de lograr en mí, al menos, dos orgasmos, volvió a mi cara y me besó, los papeles se habían cambiado, ahora la sumisa era yo, y realmente me encantaba. Empezó a actuar de una forma algo más brusca pero igual de sensual, y me obligó a ponerme en un 69, donde yo estaba arriba en cuatro, y ella abajo acostada, después, con sus piernas, aprisionó mi cabeza y me puso tan cerca cómo era posible de su vagina, lo cual hizo que mi abdomen cayera sobre sus senos, cosa que evidentemente le dolió. El tiempo que duramos en esa posición, ella me nalgueaba cada vez que le causaba un orgasmo y yo la mordía en la pierna debajo de su trasero.
    
    Al terminar, no podíamos estar más exhaustas, me recosté en sus senos y puse una mano en su ...