1. La Soledad de los LLanos (Capitulo 3)


    Fecha: 05/12/2018, Categorías: Infidelidad Autor: Carlos Nagasaki, Fuente: CuentoRelatos

    ... esta discusión salió de la nada un anciano de 76 años que vivía en el jacal donde estaban ocurriendo los acontecimientos. Era bajo de estatura y con una larga barba. La sorpresa fue mayor cuando el nuevo hombre disparó con su carabina 30-30. Uno, dos, tres, cuatro, cinco disparos sonaron mientras los jóvenes borrachos explotaban en ansia y confusión. Pronto subieron sus manos en alto.
    
    -¡sálganse de mi rancho... malditos rateros[9]¡-
    
    Luis estaba sorprendido, pero le causó gracia la acción del hombre de avanzada edad.
    
    -¡ta bueno, pos que tanto desmadre[10]¡- contestó confundido un ladronzuelo.
    
    -¡órale cabrones, a chingar su madre[11], ¡todos¡-
    
    -¡ya, ya¡ ..ta bien, ya nos vamos-
    
    Los borrachos se alejaron. Luis se quedó en el lugar para recoger sus animales, sin embargo, sintió que el viejo cargó su rifle nuevamente. El joven no quiso hacer contacto visual. Sabía que terminaría en otro pleito con una probable tragedia. Segundos después escuchó el reclamo del anciano.
    
    -¿y tú por qué no te vas?-
    
    -solo recojo mis vacas y me voy-
    
    -¡son mis vacas!- contestó el viejo.
    
    <<No otra vez... ¡no puede ser!>>
    
    De pronto una voz a la distancia detuvo la nueva discusión.
    
    -¡ave maría[12] Macario¡-
    
    Don Pedro llegaba a trote lento mientras se topaba a los cinco ladronzuelos fracasados. El Capataz les sonrió sarcásticamente y los saludó.
    
    -buenas tardes muchachos-
    
    -¿qué paso Macario así recibes a las visitas?- cuestionó sonriente Don Pedro.
    
    -¿quien ...
    ... vive?-responde el anciano.
    
    -¡que viejo loco¡- carcajeó el Capataz.
    
    -¿Pedrito como estas?-
    
    Luis contemplaba perplejo la amistad entre su Capataz y el viejo violento.
    
    -¡ya deja en paz al muchacho hombre¡.- bromea Don Pedro.
    
    -¡se quiere llevar mis vacas¡- responde el viejo.
    
    -estas vacas son de él. se llama Luis y es del finao[13] Juan de la Garza- corrige pacíficamente el Capataz.
    
    -¡fíjate nomas ahí tienes¡- responde sorprendido el anciano armado.
    
    -sino me crees ahí está la marca- <DLG>
    
    -ah pos si, ustedes disculparan, pero es que anda puro bandido y pos me tengo que cuidar-
    
    -así es, cuídese mucho Macario-
    
    -ándale Pedrito que les vaya bien, diosito los acompañe-
    
    Los vaqueros continuaron su jornada. Después de terminar la encomienda volvieron a casa. Tras una hora de silencio incomodo Luis le recriminó a Don Pedro su tibieza ante los bandoleros borrachos.
    
    -oiga Don Pedro, ¿le puedo decir algo con todo respeto? -
    
    -claro que si mijo ¿qué pasó? -
    
    -quiero que sepa que me sentí solo cuando enfrente a esos bandidos-
    
    -¿bandidos?-suelta una carcajada el Capataz.
    
    -¿por qué se ríe?- cuestiona un tanto molesto el joven.
    
    -esos no eran bandidos-responde el sabio vaquero.
    
    -pos usted los dejó irse con las vacas- continuaba irritado el joven, más por la carcajada que por otra cosa.
    
    -mira muchacho, esas vacas tarde o temprano te las iban devolver, yo conozco a esos huercos y sus papas son buenas gentes, no hubieran tardado unos cuantos días ...
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