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La Soledad de los LLanos (Capitulo 3)
Fecha: 05/12/2018, Categorías: Infidelidad Autor: Carlos Nagasaki, Fuente: CuentoRelatos
... carga ningún arma verdad?-cuestionó el joven. -no mijo- -¿me podría decir porque? si no le molesta-insistió el muchacho. -las armas son del demonio, una vez que le apuntas a algo sientes un cosquilleo en el dedo y solo quieres apretar el gatillo, aún sin haber necesidad- contestó sabiamente el Capataz. -ya veo, ¿entonces me rechazaría una pistola que le quiero regalar?- cuestiona con veneno el joven. -¡pistolas no las quiero ni de juguete mijo¡.. con todo respeto- respondió férreo el Capataz. Cabalgaban con las 3 vacas restantes cuando les salieron al camino 5 jóvenes totalmente borrachos. Al instante los amenazaron con hacerles daño si no les daban los animales. Luis titubeó en mostrar el arma mientras que los 5 rufianes empezaron a sacar machetes y dagas. -¡tranquilos muchachos, tranquilos¡-Don Pedro hizo un llamado a la cordura. -pos entonces no se pongan bravos y denos los animales- exclamaron los alcoholizados. Luis enrabiado les contestó. –¡ni madres!… pinches[1] bandoleros de mierda- Don Pedro extendió su mano derecha sobre el pecho del joven y lo detiene. -¡a que hocico de huerco[2]¡..¿Qué haremos pa´ que ya no hable así?-bromea uno de los bandoleros. -pos le cortamos la lengua-replicó otro rufián. Don Pedro sonreía irónicamente mientras Luis no entendía su comportamiento. Segundos después el Capataz cede con la quinteta de ladronzuelos y les dice: -ta bien... llévense las vacas- Luis recriminó al instante. -¿pero Don ...
... Pedro?- -¡cálmate huerco, déjalos¡- respondió tranquilamente el experimentado vaquero. Los 5 rufianes carcajearon mientras se alejaban por la brecha[3] -¿ya ven?.. ¿Qué chingados[4] les costaba?- -¡y tu pinche güero[5]¡.. ya te veré otro día-amenazó uno de los rufianes. Luis observó con furia como se llevaban el sustento de su familia, y sin pensarlo dos veces, agitó las riendas de su corcel y se dirigió tras la gavia de bandoleros. Estos observaron al enardecido joven que se aproximaba a gran velocidad. Los borrachos decidieron seguirle el mitote[6] y también huyeron cabalgando cual si fuera un juego. Después de corretear por casi un kilómetro, los bandidos se escondieron en un jacal[7] con pequeñas cercas que estaba junto al camino. Luis les dio alcance y los bebidos rufianes lo retaron sin miramientos. -bueno, ya estás aquí, ¿qué chingados quieres pinche güero?- -¡quiero que me regresen mis vacas¡-respondió un decidido muchacho. -¡ni madre, ahora son de nosotros¡- siguieron vociferando los aspirantes a bandidos. Instantáneamente el joven sacó su revolverSmith & Wesson calibre .38 y disparó sin hesitar. La bala pegó exactamente en un árbol que estaba a metro y medio de uno de los supuestos bandoleros. Estos se encogieron de hombros ante la detonación. -¡párate cabrón[8]¡, ¿pos que tienes?- -¡mis vacas¡-respondió envalentonado el joven al ver que no hubo respuesta de la gavia inexperta. -¡pos total.. llévatelas!- cedieron los bandidos. Ante ...