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La Soledad de los LLanos (Capitulo 3)
Fecha: 05/12/2018, Categorías: Infidelidad Autor: Carlos Nagasaki, Fuente: CuentoRelatos
CAPITULO III Pasaron 10 años desde la tragedia para que la familia se estableciera económicamente. Era claro que ya no tenían la holgura de antes, pero si contaban con una tranquilidad manifiesta. Ramón -ahora de 17 años- ayudaba trabajando en la cantina del pueblo; Por las mañanas se daba tiempo para estudiar. Consuelito -de 14 años- también trabajaba tejiendo y vendiendo ropa mientras estudiaba. El pequeño Juanito solo se preocupaba por la escuela, lugar que no le agradaba del todo. Luis por su parte, era el líder de la familia desde que comprendió la responsabilidad sobre su espalda. El hijo mayor perdió toda inocencia al convertirse en un “padre prematuro” de sus hermanos. Los atendía en todo lo que necesitaban. Cada mañana se levantaba temprano para llevar a Juanito a la escuela, regañaba a Ramón por trabajar en la cantina. Mencionaba que mientras el ganara dinero no tenía por qué trabajar. Por otro lado, era complaciente con la consentida hermana, pero siempre celoso y cuidándola de todo peligro que pudiera acechar. Con el correr del tiempo Luis se convirtió en una pesadilla para Consuelito. Ella se encontraba en la etapa de la adolescencia y hacía gala de una belleza despampanante. Esto atrajo a un sin número de muchachos que soñaban con el amor de la pequeña Consuelo. Pero a su vez, temían por el carácter de los hermanos, un tanto por Ramón, pero muchísimo más por Luis. El cambio de carácter del hijo mayor era notorio. Jamás volvió a esbozar una sonrisa ...
... desde“el fatídico día”. Su mirada penetrante reflejaba a un joven con sed de venganza. Un día, Luis acompañó a Don Pedro para llevar unas vacas hacia las 4 fondas que les quedaban. Cabalgaron por los ejidos cercanos alRINCON DEL EBANO. El plan era dejar 3 vacas en cada pequeño establecimiento para que se mataran, cocinaran y siguieran brindando el servicio a los vaqueros cercanos. De paso recogerían las ventas generadas. La tarde transcurría en paz, ya habían dejado los animales en 3 fondas, solo faltaba el ultimo local que se ubicaba en el ejido“el maizal”, a unos 38 kilómetros de la Hacienda, y a 11 de su anterior parada. La plática era amena entre Don Pedro y Luis. Siempre habían tenido una relación cordial y respetuosa. Sin embargo, Don Pedro miró de reojo un pequeño bulto metálico escondido entre la chaqueta de Luis. Enseguida cuestionaría sobre elcurioso artículo. -¿oye Luis?- -¿Que paso Don Pedro?- -¿pa’ que quieres esa pistola?- -¿ah, la notó?- contesta un poco soberbio el joven. -Alumbra con el sol- comentó el Capataz. -pos pa´ protegernos- contesta decididamente Luis. -¿protegernos de quién?- cuestionó Don Pedro. -de alguna víbora- sonríe sarcásticamente el desubicado joven. -es más fácil darle con un palo-replicó el Capataz. -pos entonces pa´ protegernos de algún bandolero- expresó arrogante el muchacho. Don Pedro regaló una tímida sonrisa de experiencia. <<no sabes de lo que estás hablando>> sopesó el centrado hombre. -¿usted no ...