Algo mas, el doble.
Fecha: 03/12/2018,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... mis caderas.
- A mí me encantan. Me dijo mientras subía sus manos a mis pechos y empezaba a desabotonar mi camisa.
A los pocos segundos estaba sobándome con sus manos grandes, que cubrían la totalidad de mis pechos, por encima del sujetador. Sus dedos grandes, recorrían el encaje que decoraba mi escote, para amasarlos y volver a tocar con suavidad. Mis pezones se podían notar perfectamente a través de la fina tela que los cubría. Mi cabeza se echó para detrás, dando por buenos sus toqueteos. Mi melena hacia mi espalda, dejaba completamente libre la visión de mi pecho. Sus manos bajaron hacia mi vientre, con la única intención de subir de nuevo, esta vez colándose por debajo de las cazoletas del sujetador para sentir de nuevo sus manos, esta vez directamente sobre mi piel, destrozándome de placer, al sentir sus dedos pasar uno tras otro sobre mi pezón. La ventana que bien, si daba sobre una calle poco transitada y mirando al rio, provocaba en mí un morbo añadido, estaba disfrutando de nuevo de unas manos desconocidas que al dejar el calor de mis tetas, para arrancarme literalmente la camisa del cuerpo, me apoyaron contra la ventana para desabrochar mi sujetador. Notaba el frio cristal sobre ellos, lo que provocaba una erección enorme de mis pezones. Lejos de molestarme, empecé a mover mis caderas, mientras bajaba mi sujetador, haciendo que mis pechos describieran su movimiento en los cristales. Me giro bruscamente para dejarme frente a él. Me miro de arriba abajo, ...
... disfrutando de mi desnudez parcial. Se alejó al sofá que tenía junto a la mesa de la cafetera, dejando su americana bien colocada, se sentó. Dejé el frio cristal a mi espalda dirigiéndome hacia él. Apoye mis manos en el respaldo del sofá, dejando colgar mis tetas frente a él, propinándole un beso húmedo, sus labios, su lengua, provocaban en mi un efecto excitante, besaba muy bien, su lengua y la mía jugueteaban, mientras sus manos agarraban mis pechos de nuevo, jugando con maestría. Me coloqué a horcajadas sobre sus piernas, notando la dureza de su entrepierna al instante bajo esos pantalones, que sumados al maravilloso trabajo de sus manos en mis tetas, y su caliente beso, acabaron por derretirme para él. Su seguridad me tranquilizaba, pero a la vez me ponía encendida. Termine por recrearme moviendo mi culo sobre su entrepierna, para acabar el beso, con la lengua fuera de nuestras bocas mientras me deslizaba hacia el suelo hasta quedar de rodillas ante el. Desabroche su cinturón ante su pasividad, y baje su cremallera. Masajee por encima de su calzoncillo lo que ya parecía ser una buena herramienta. Deslicé sus pantalones hacia abajo ayudado por el pequeño movimiento de su cadera hacia arriba y baje sus calzoncillos también. Quite de sus pies los calcetines y saque su ropa, todo mientras miraba fijamente su morcillona polla. Era bastante grande, pero sobre todo era gorda. Disfrutaba de su visión, mientras con mi mano se la acariciaba. Apenas podía agarrarla con toda la mano, era ...