Esto me sucedió cuando tenía 18 años, mis padres contrataron a una muchacha para que ayudara en los deberes de la casa, se llamaba Rosalía, también tenía 18 años, bonita y un cuerpo llamativo, lo que más llamaba la atención eran sus piernas, unas piernas bien formadas, buena cintura, y unos senos entre pequeños y medianos, en fin que era un cuero de mujer.
Como éramos 6 hermanos (yo soy el mayor) y mis padres, y la casa solo tenía dos habitaciones y una más adaptada en la parte de atrás, ella tenía que poner un colchón en el piso de la sala-comedor de la casa y dormir ahí, a mí me gustaba mucho y por las noches trataba de verla cuando se desnudaba para acostarse, siempre se dejaba su ropa interior, ya más noche, cuando consideraba que se había dormido, iba hasta donde se encontraba y levantaba la ropa de cama para poder verla, pero claro, no me podía conformar con eso, así que comencé por tocarle las piernas, acercaba mi mano lentamente hasta posarla en sus muslos, unos muslos duros, con una piel suavecita, nunca le pregunte (ya que después tuvimos relaciones), pero creo que siempre se dio cuenta de lo que hacía, porque cuando intentaba tocarle los senos, hacia algún movimiento dificultando la acción.
Yo me volvía más atrevido cada vez, ya no-conforme con tocarle las piernas comencé a meter mi mano por debajo de su panti, tocando su vello púbico, y en alguna ocasión abrí su vagina tocando su clítoris e introduciendo uno de mis dedos dentro mojándolo con sus jugos, ...
... fue la primera vez que sentí la humedad de una vagina, en otra ocasión en que me encontraba bastante excitado con mi pene bien erecto y duro, me desnude y tomándole la mano y abriendo sus dedos, le coloque mi pene en su palma, cerrando sus dedos alrededor de mi ya supererecto pene, esa vez mi excitación fue tanta que por poco y me vengo ahí mismo.
Mi relación con ella comenzó a partir de un día en el que encontrándonos solos en la casa viendo televisión, le dije que me gustaba mucho y que si quería ser mi novia, a lo que ella me contesto que sí, contento por esto pase mi brazo por sobre sus hombros y la abrace, comencé por acariciarle su pelo, luego baje mi mano a su cuello, e intente seguirle acariciando por su pecho, quería tocarle sus senos, pero no sabía cómo reaccionaría si lo hacía, en eso ella como que se da cuenta de lo que yo intentaba y al verla que voltea retiro mi mano inmediatamente, esperando tal vez una reacción de enojo, pero en vez de eso me pregunta "¿porque la sacas?" (Se refería a mi mano), yo entre excitado y contento le explique que lo hacía porque no sabía si se enojaría o no, y lance mi pregunta "¿te gusta que meta mi mano?" a lo que ella me responde "si", pues ni tardo ni perezoso le doy un beso, bajo sus tirantes de su vestido, de su brassier y comienzo ya sin inhibición alguna a tocarle los senos, unos senos con unos pezones obscuros, bastante apetecibles.
Por las noches, con el pretexto de ver la televisión en la sala, me quedaba hasta tarde ...