Mi cuello: La llave de mi tesoro
Fecha: 30/11/2018,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Tonyzena67, Fuente: CuentoRelatos
Ya me había resignado que no pasaría nada con Yoli, una mujer lindísima a quien conocí en el banco local y del cual ella ejerce como gerente de esa sucursal. Había pasado más de un año desde que emprendí la conquista, pues su amiga quien trabaja en la misma sucursal, un día en una plática me cuenta que por lo que ha oído hablar a su jefa de mi, le parezco que yo soy su amor platónico.
En todo ese tiempo que pasé con Yoli, en eso de algún día convencerla que compartiéramos una cama, conocí que Yoli a pesar de vestir sensualmente, era más recatada de lo que imaginé. Comparto con ella la coincidencia de haber quedado viudos a la edad de 30 años y por ese tiempo ella con 34 años y yo con 37, me confesaba que por todos esos cuatro años no había estado con un hombre. Incluso recuerdo me dijo con palabras más o palabras menos, pero pude sentir su pena, pues bajó su mirada cuando me dijo lo siguiente: -Solo he estado con un hombre en la vida y la idea de estar desnuda con un hombre diferente, me causa pena y mucho miedo.
A mi sus curvas me causaban mucha excitación y siempre lograba que mi amigo se pusiera erecto con solo verle esas hermosas caderas en un cintura que parecía se la habían mandado a hacer; sus pechos son encantadores y es difícil no dejar de apreciarlos y soñar estar prendido de ellos. De tez morena, cabello largo, espeso y oscuro, siempre hacían contraste esos aretes de diamante que suele usar y que brillan como su lindo rostro ovalado, con cejas espesas, ...
... nariz pequeña y puntiaguda y boca pequeña. Realmente, Yolanda es una mujer muy bella y sensual.
Como dije al inicio, había pasado más de un año y sin lograr nada, pero todo cambió cuando me alejé de ella y el día menos pensado recibo un correo electrónico que decía en su abreviación lo siguiente: -Tony, no sé lo que me pasa pero siento que usted me hace falta y eso me da mucho miedo, pues sé que lo que usted busca es solo una noche de placer, mientras yo busco a un hombre que me acompañe para el resto que me quede de vida. No sé si me equivoque admitiéndole que le deseo tanto, que deseo que me haga su mujer y si no es por toda la vida, por lo menos será para cumplir esa fantasía en la cual usted se ha convertido. Sinceramente le digo, que no soy una gran mujer en la cama, que aunque usted no lo crea, tengo mucho que aprender.
Ya nos habíamos dado algunos besos, pero tan solo comenzaba a bajar por su cuello, retomaba una posición de defensa a la cual Yoli un día le agrego palabras: - Usted sabe que el cuello de una mujer es como esa llave que puede abrir ese tesoro preciado que guarda. –Siempre salía con esas notas con la cual le ponía un alto a todo avance que oliera a sexo. Este día que recibí ese correo electrónico no le correspondí con palabras sugerentes o que mostraran algún aspecto amigable. Recurrí a ir directo y ver como ella respondía y si esa nota era en realidad ese deseo ardiente de querer tener un encuentro sexual conmigo. Solamente le respondí, enviándole el ...