1. El tio del alfajor


    Fecha: 07/08/2017, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... culito tambien, yo mismo me saqué el resto de mi ropita y el chupó mis tetitas que eran mas pezones que otra cosa y ni me dí cuenta que el también se había desvestido y cuando su lengua llegó a mi cuello sentí su pija dura en la puerta de mi vagina. Tranquila; escuché, todo es hasta donde vos queres. Y me pasó la pija como si fueras un pincel y me arqueé metiendomela adentro y lo arañé en mi ardor de conchita sangrando y escuché como susurraba gracias amor, mía por siempre y sin penetrarme del todo me cojio mientras yo lloraba de felicidad y ambos ardimos de pasión. Acabó afuera y vi leche de hombre por primera vez estando orgullosa de mi logro. Vino otra forma de conocer el sexo, chupada de pija ya que para los besos de lengua me los daba sin nada a cambio, se hizo tragar la leche mientras le saboreé las bolas hasta chuparle el peludo culo y puse en práctica su método de aguantar sin respirar para que la bebida de semen no me asqueara. El día que me pidió y negué la cola amenazó con dejarme. Cuando me hizo ...
    ... poner de rodillas pensé que quería que lo mamara. era para hacerme pedir perdón y escupirme la cara. Me dió vuelta y quedando en cuatro me escarbó el agujero con el dedo para aplicar vaselina y aunque me pedía que me relajara yo sentí que me explotaban las paredes anales hasta que por la mitad se apiadó y dejó de meterla y sentí como el ambiente se llenaba con el olor de mi caca. Seguimos esta relación con cuidado y por años, dirigió mi vida a través de sexo; manoseador, era esclava y ama de nuestras cogidas y sin terminar la pubertad casi no tenía nada para probar en la cama. Casada en el primer embarazo a los 5 meses fué a visitarme, yo estaba sola y al entrar me puse en pelotas pidiéndole pija y leche. Sonrió orgullosos y empezó a chuparme la afiebrada cajeta para después recorrer el cuerpo con la misma, me dolió por el culo ya que el feta estaba depositado atrás y antes mis lagrimosos gemidos se apiadó para penetrar mi hinchada y ardiente concha mientras le pedí me jurara que el próximo hijo me lo haría él. 
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