Sexo, vinos y Bossa Nova
Fecha: 22/11/2018,
Categorías:
Infidelidad
Autor: flakojorge, Fuente: CuentoRelatos
... yo sabía que era falsa, un indicio de que algo la incomodaba. Ellos tuvieron que esforzarse por disimular la frustración en sus rostros, entre bromas insistieron dos o tres veces en que se quedara pero ella estaba decidida y me pidió si la acompañaba a tomarse un taxi.
- Con permiso, les dije a ellos -vuelvo en rato
- Si, tranquilo, acá estaremos los tres -Dijo Gastón abrazando a su mujer con una mano y tomando una botella de vino con la otra.
Ya en la calle, Vicky entre risitas nerviosas se excusó, diciendo que la pareja le parecía agradable pero rara y que realmente estaba muy cansada. Yo asentí sin ánimo de discutir el tema y le sugerí que en todo caso ninguno de nosotros zafaba de ser un poco raro en esa mesa. Ahí nomás pasó un taxi y nos despedimos con un beso afectuoso. De vuelta al restaurante pensaba que probablemente Andrea y Gastón ya se estarían retirando o lo harían próximamente ya que su interés, sea cual fuere, estaba en Vicky.
Al llegar los vi efectivamente con actitud de noche cerrada y me senté a la mesa, que ya había sido despejada por los mozos.
- Que pena que Vicky tuviera que irse, con lo lindo que la estábamos pasando, ¿no? -dijo Andrea.
- Si, bueno, ella estaba muy cansada, tuvimos un día largo hoy.
- Vos también estás cansado?
- No realmente, la verdad que fue una linda noche y ni me di cuenta de que hora se hizo. Y estuvo buena la charla
- A nosotros nos encanta todo esto, buena música, charlar, comer y beber, todo lo que ...
... sea placer es lo nuestro.
Andrea remató esta frase con un gesto por demás sugerente y me clavó la mirada para ver mi reacción. Entonado por las copas, logré hacer justicia a la situación, sostuve la mirada contra la suya, sonreí y respondí lentamente, asintiendo:
- Del placer, de eso se trata todo...
Tuve la sensación certera de haber descubierto un acertijo, de haber dado con la contraseña indicada que abría la puerta a algo que todavía no imaginaba que sería. Gastón, entrando en la conversación, sería el portero que terminaría de abrir esa puerta
- En casa hay discos, hay vinos... si tenés ganas podemos seguir con esto de los placeres.
Tengo que reconocer que fue un momento tenso, era una invitación que parecía obvia por un lado, pero también era un poco sorpresiva y desconcertante. A uno se le pasan mil cosas por la cabeza, la mayoría sin sentido o causadas por nuestros miedos sociales, en parte justificados y en otra parte mucho mayor, ridículos. Por suerte el instinto aventurero me hizo decirles que si, y les pedí que me dejaran guardar las cosas para poder pasarlas a buscar en otro momento.
Mientras me encargaba de esta molesta tarea que nos suele tocar a los músicos, ellos pagaron la cuenta y se dirigieron a tomar aire fresco en la puerta del restaurante. Cada tanto, al levantar la vista, los veía besarse y abrazarse con mucho cariño. En una de esas ocasiones, ellos notaron que los miraba y con mucha naturalidad, mientras ella me saludaba con la mano, ...