La vendedora
Fecha: 06/08/2017,
Categorías:
Confesiones
Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos
... Rosa, cogió su cabeza y la llevo hasta su chochito, que movía cadenciosamente, acabó por lamérselo.
-¿Te gusta? -le preguntó Lucía.
-No me importaría que te corrieras en mi boca.
Se acabó la canción.
-Y lo haré, pero hoy estoy trabajando.
Rosa, se alejó de Lucía, Se sentó en el sillón en que estaba antes sentada. Cogió la crema y con las piernas abiertas, empezó a dársela en el sexo.
-No hay que darse crema mucho tiempo o no se llega a meter el vibrador -Le dijo a Lucía.
-¿Ya te pasó?
-Sí, Me corrí antes de tiempo un par de veces.
Lucía, vio como Rosa, se daba crema en los labios de su sexo y luego como se metía y sacaba dos dedos de él, mientras la miraba a los ojos, a las tetas. El chochito de Lucía, no paraba de lubricarse.
-Acaba, mujer acaba -dijo Lucía, visiblemente acalorada.
-Levanta la falda, Lucía.
-No.
-¿No quieres que vea tus bragas mojadas?
-Yo no tengo las bragas mojadas - mintió.
Rosa, untó el pequeño vibrador de crema y se lo dio a Lucía.
-Mételo en tu chochito y dame el mando a distancia.
No ...
... esperó a que se lo repitiera dos veces. Le dio el mando, y apartando las bragas hacia un lado, se metió en su empapado chochito aquel pequeño y curvo vibrador.
-Vas a tener el orgasmo de tu vida - le dijo Rosa a Lucía.
Rosa, masturbándose con dos dedos y mirando para Lucía, le dio al 1. Lucía, magreando sus tetas, comenzó a gemir. Así la tuvo un buen rato. Le dio al 2, y Lucía, apretando las tetas y echándose hacia atrás en el sillón, exclamó:
-¡Me va a venir!
Rosa, metió y sacó los dedos de su sexo con más velocidad, mas, mas, más, y dándole al 3, le dijo a Rosa, con voz de agonizante.
-Me coooo, me coooooooo, me corro, bonita.
Lucía, en contraposición, y sintiendo el vibrador a toda mecha sobre su punto G, sintió como una riada de flujo salía de su chochito. Después, la recorrió el placer más grande que había sentido en su vida.
-¡¡¡Diooooooooos!!! -exclamó, mientras se estremecía.
Se corrieron como dos benditas
Lucía, acabó quedándose con el pequeño vibrador, y Rosa, se hizo de oro en Villagarcía de Arosa. Una ciudad de Galicia.