Fantasía cumplida
Fecha: 05/08/2017,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... el momento más romántico. Ella gemía y me daba besos, pudiendo saborear yo mismo la polla de ese tío desconocido que tanto placer nos daba. Natalia se empezó a correr y me besaba, se bababa y me arañaba la espalda llegando a causarme sangre.
El tío que estaba a cien como nosotros decidió embestirla y se la metió por el coño casi del tirón; Natalia puso su cara al lado de la mía y me abrazaba fuerte mientras jadeaba a mi oído con cada pollazo que le estaban dando. Esos gemidos, muy dulces, me provocaron un gran placer.Me moría de gusto cuando gemía a mi oído como cuando me la follo, solo que ésta vez era muy distinto.
Les propuse que cambiaran de postura de nuevo. Ahora Natalia echada al borde la cama mientras yo le sujetaba las piernas desde atrás era follada por el tío mientras me sobaba mi paquete. El tío ya no aguanto más y avisó de que se iba a correr, momento que mi putita aprovechó para mostrarse de nuevo como una esclava rendida ante su polla. La metió en la boca y comenzó a gemir como si estuviera probando el mayor manjar del mundo, el tio se empezó a correr en su boca y en su cara, quedando semen en alrededor de los labios de Natalia, quien agarrando su polla desde la base esparcía el semen por la comisura de sus labios y jugaba con él como si fuera chocolate.
Yo, mientras le seguía dando besitos, le acariciaba y el pelo, y le besaba en la mejilla, pudiendo sentir en mis propias carnes ...
... la enorme polla que mi amor tenía dentro de su boca. Le decía "Te quiero" y ella me daba besos en la boca.
El tío decidió marcharse, algo cortado por la situación que había vivido, y ella estaba exhausta después del derroche de fuerzas que había hecho. Yo me despedí del sujeto y cuando volvía a la cama me la encontré desnuda en la cama, con las patas abiertas y con restos de semen en la cara y en las tetas, en el pelo. Me acerqué a ella y comencé a morderle los labios, a darle de nuevo besos muy tiernos, a mordisquearle los pezones, esparciendo por su cuerpo los restos que había dejado el macho. Su aliento era indescriptible y el olor que su cuerpo había adquirido al mezclarse las químicas de Natalia y ese hombre era nuevo para mí, mitad asco, mitad adicción. Me coloqué con la cabeza entre sus piernas, ella me apretaba con las piernas y me encerraba para que pudiera sentir el olor que había. Era maravilloso. Comencé a chuparle su coñazo, que estaba todavía mojado y muy dilatado, como el de una puta. Así, perdí la noción del tiempo, solo sé que llegó a correrse más de seis veces. Nos quedamos dormidos y así amanecimos al día siguiente.
Desde ese día Natalia y yo somos mucho más sinceros el uno con el otro, y ella me correspondió meses más tarde con una chica, porque parece que le entró la curiosidad de saber qué se siente al ser un cornudo.Ahora tenemos pensado casarnos y seguir con estos festines.