Sara mi peluquera - Relatos Eróticos

Sara mi peluquera

... trasero moviendose y de mi mismo como un rey. Noté que si seguía asi iba a correrme pronto asi que me levanté

- ahora es mi turno, si no quieres que la cosa acabe pronto- le dije indicandole que se sentara ella.

Le quité la blusa, llevaba un sostén rojo con un bordado pequeño blanco que le hacía las tetas perfectas, empezé a besarla mientras con las manos le quité el sujetador, descendí por su cuello hasta que llegué a mi objetivo, sus aureolas eran ni muy grandes ni muy pequeñas y sus pezones gorditos y totalmente de punta, los empezé a lamer y mordisquear con absoluta ansia mientras con la otra mano magragaba la otra teta, ella me ponía las manos en mi pelo y acariciarlo, cuando estube empachado de pechuga seguí bajando por su barriga mientras le desabrochaba el tejano, se lo retiré, un tanga rojo a juego con el sostén me estaba esperando, no tenia que perder, le cojí las piernas y se las abría apoyando cada pierna en su correspondiente reposabrazos, aparté la tira del tanga y empezé a lamer aquel coñito depilado como si fuera un caramelo, jugueteaba con su clitoris

- ooh joder me estas matando- dijo ella apretandome la cabeza contra su coño

Yo totalmente amorrado me esmeraba en no dejar ni un rincon de su almejita sin ser chupado y rechupado, cuando ya noté que estaba apunto me levanté y acerque mi polla que seguía dura como un palo, jugué con sus labios vaginales y con mi capullo, ella me miraba gimiendo y pidiendome con la mirada que se la metiera, me daba ...

... mucho morbo tenerla en ese estado y a ella estaba claro que tambien.

- metemela ya cabrón, quiero notarla dentro de mi- chilló alargando las manos y cojiendome por mi cintura al hacerlo sus tetas se juntaron y se apretaron la una con la otra. Sin duda era el momento, empujé decididamente y mi polla entro como una flecha hasta el fondo, ella lanzó un gemido ahogado y me arañó la barriga con sus uñas, yo empecé a bombear cada vez mas fuerte produciendo un plas!plas! cada vez que mis huevos chocaban contra su culo, sus tetas rebotaban con cada embestida, ella intentaba cojerselas con el brazo y acercando la lengua a sus pezones mientras gemía, una imagen de las que no se te olvidan. Yo alternaba mis manos entre sus tetas y su boquita haciendome que me chupara los dedos. Al pasar un rato y de correrse se levantó de la silla y se dió la vuelta apoyandose en el sillón y dejandome su culito a mi entera disposición, giró la cabeza y con mirada de viciosa me dijo:

- Si consigues que me vuelva a correr tendras un premio final

Eso de "premio final" fue un aliciente pero realmente no hacía falta porque verla en esa posición era suficiente, me acerqué disfrutando del momento y acaricié su culo, acerqué mi polla y la metí por su empapado coñito, en aquella posición podía meterla más hasta el fondo, Plas! le di un cachete en el culo y empecé a follarmela brutalmente, ella gemía y gritaba, levantando la cabeza y girandola hacia mi mordiendose el labio con los ojos desorbitados, pasado ...