1. Me pasó por hambrienta y golosa


    Fecha: 04/08/2017, Categorías: Sexo Oral Autor: ámbar coneja, Fuente: CuentoRelatos

    ... hasta sacarle la última gotita de semen, y yo no me negué. Enseguida tuvo que vestirse porque su jefe ya lo había llamado al celu unas 15 veces por lo menos.
    
    En la puerta me lo re trancé apenas con mi falda medio mal puesta, y en cuanto oí el rugido de su moto alejarse en la calle volví al living, donde Yani le comía la pija a su chico a punto de reventar su shortcito por el pedazo de culo que portaba. Realmente, Yanina es la novia más tilinga, ordinaria y desabrida que tuvo mi hermano, y a pesar de que solo le llevo dos años, parecemos haber nacido en distintas generaciones.
    
    Cuando vi que Andrés usaba su hermoso pito como un látigo en la cara de Yani, yo misma le pedía que se lo chupe, que se lo trague hasta el fondo, y creo que confundida por mis palabras ella se transformó en una obrera implacable de la mamada. Se la olía, agarraba su tronco durísimo con la mano y saltaba con su boca en su glande rojizo, le lamía los huevos con besos más ruidosos que los chaparrones en el techo del quincho, abría y cerraba las piernas, gemía sin claridad y se engolosinaba subiendo y bajando con su lengua por toda la extensión de su pene lacerante.
    
    Yo me mojaba como una pajera mientras mi hermano miraba incrédulo que su hermana se frotaba la almeja con la mano abierta sobre la pollera. Pero Yani tuvo que dirigirme una mirada lujuriosa y decir: ¡viste que hermoso pilín tiene tu hermanito, nunca se lo miraste vos culeadita?!, para que mi cuerpo derrotado intervenga quitándole las ...
    ... ojotas para darle duro col ellas en la cola mientras ella seguía peteando a Andrés, que en un momento sugirió que me quede en bolas.
    
    Lo hice, y le acaricié las tetas a la enana después de que Andrés le frotó la pija y, cuando ella me pidió que le pegue más fuerte.
    
    ¡chupalas nena, si lo vas a hacer haceme todo!, replicó, y mi boca comenzó a deleitarse con el sabor frutal de sus pezones con restos del sudor de la pija de mi hermano, que ahora volvía a profundizar en su garganta sonora.
    
    De pronto Andrés la manoteó y la acostó arriba de la mesa. Le bajó el short y el culote negro empapado, le rozó la conchita con la punta de su verga y, yo le hice oler mi bombacha mientras le acariciaba las lolas.
    
    ¡chupame la concha amor, dale, y que mi cuñadita me coma las gomas!, dijo la rubia mal teñida, y así le dimos su recompensa.
    
    La lengua de mi hermano hacía colapsar los movimientos musculares, desde los pies a la núca de esa pendeja indefensa mientras mi boca se endulzaba con el vértigo de sus pezones con fiebre, y mis dedos eran como pinceles adentro de su boca. Me los mordía, intentaba tocarme la vagina y se enojaba al no lograrlo, le pedía más dedos a mi hermano, que en ese entonces ya le chupaba el culo y la pajeaba con velocidad. Hasta que no pudo contener la sumisión a la que se había sometido y se bajó de la mesa.
    
    Casi se cae con su ropa aún en los tobillos. Cuando se quitó el culote me lo hizo oler, y luego Andrés la correteó por toda la casa, hasta que la apresó ...