Carla: Con el vecino veterano
Fecha: 04/01/2025,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Dessert3, Fuente: CuentoRelatos
... Sergio? Apenas Gonzalo y el negro la tienen mas grande” me dijo Carla después.
Ella al centro, nos turnábamos a besarla, acariciar sus tetas acariciar su concha, mientras ella se deleitaba acariciando sin llegar a masturbar nuestros miembros.
-Te gustó la doble de hoy H? Le preguntó.
—Me enloquecieron los dos con eso, sensaciones que nunca experimenté, tan apretados allí adentro, y eso de sentirnos el uno al otro con Sergio y el acabar ufff…
Nos fuimos a la cama, ella adelante y nosotros admirándola. Se dio vuelta un momento y dijo -Que lindo como te cuelga y se sacude H! La quiero dura!
Llegamos a la cama y ella se tiró boca arriba, piernas separadas, rajita abierta.
Se la chupé y ella chupaba a H. Hasta que cambiamos posiciones y H se puso casi en misionero a pasarle la pija ya dura por los pelitos y por los labios de la concha, cada vez mas húmeda, es una imagen tremenda ver como a cada pasada, le iba abriendo un poquito mas los labios.
De ahí a metérsela era un paso que H dio gozosamente. Entró lento, con la pija bien ensalivada, una hermosura, y que decir cuando se entró a mover.
Carla estaba de boca semi abierta, ojos cerrados y me pajeaba suavemente mientras yo le acariciaba las ...
... tetas. Hasta que H dijo… Otra doble? Aceptamos encantados, pero cambiamos yo se la puse desde atrás en la concha y él se la metió después desde adelante, gozando ademas de sus besos y tetas.
Ya con poco reto, nos costó acabar, para mayor goce de Carlita, en éxtasis total hasta que le largamos dentro lo que nos quedaba.
Nos salimos y fue un festival de caricias, le pasábamos los dedos por la concha y se los dábamos a chupar, le untamos las tetas, la besábamos aún con leche en la boca.
Y desnudos los tres nos dormimos así como estábamos.
Allá por las cinco de la mañana, un beso me despierta… ”amor, amor, el señor me chupa la concha” … y yo “que lindo!”
Nos besamos nos acariciamos, H estaba con su cara sumergida entre las piernas de ella, la lamía, le metía la lengua, y de vez en cuando decía ahhhh o que delicia!
Por supuesto al rato Carla comenzó a chuparnos a los dos, que aunque agotados, respondimos con una semi dureza, y disfrutamos de sus labios y su arte.
Finalmente una ducha de a tres nos reanimó, desayunamos, y terminamos haciendo planes de futuro, todos habíamos disfrutado mucho.
Esa tarde y noche Carla despediría individualmente al embajador, y al otro día, sería la despedida en grupo.