Mi tía, mi prima y la montaña
Fecha: 15/01/2024,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Alfil-1, Fuente: CuentoRelatos
... precioso!
Cenamos en el salón con una conversación animada recordando mi tía de cuando éramos pequeños. Había notado que mi tía se había cambiado la bata por un vestido veraniego y también se había perfilado los labios con un toque de carmín rojo suave. La verdad es que era un buen cambio, ahora el vestido marcaba unas bonitas curvas en su cuerpo. El escote dejaba ver una buena parte de sus tetas, aunque no tan grandes como las de Laura, y su culo, también más pequeño, era de un redondo perfecto. El vestido, que le llegaba a la mitad de sus muslos dejaba ver gran parte de unas bonitas piernas, calzadas con sandalias con un ligero tacón.
Cuando acabamos, mi tía nos ofreció tomar una copa.
-Tomárosla vosotros que yo me voy a dormir. Me levanto a las cinco de la mañana para recoger el correo antes de empezar a repartirlo, jajaja! Río muy alegre.
Sin cortarse, me dio un suave beso en los labios.
-Hasta mañana primo! Y no hagáis mucho ruido! Comentó a la vez que le daba un beso a su madre también en los labios, algo que me sorprendió.
-Vale, nos la tomaremos en el jardín de delante para no molestarte! Contestó mi tía.
Laura desapareció escaleras arriba y mi tía me indico para que la siguiera hasta la cocina. Era mi tía, pero ir tras ella viendo cómo movía el culo al andar hizo que mi polla no respetará el parentesco dando un buen respingo. La cabrona de mi prima ya me había puesto demasiado caliente y sería difícil acostarme tranquilo.
Preparó dos vasos ...
... con hielo y añadió el whisky que le había pedido, ella también tomaba lo mismo. Me pasó uno y con sonrisa aparentemente tierna me dijo.
-Ya veo que habéis congeniado bien!
Rápidamente pensé que lo decía por el beso que me había dado en los labios.
-Pues si, creo que nos hemos entendido rápidamente!
-Eso me alegra mucho!
Se había recostado sobre la encimera con el caso en la mano. Yo estaba enfrente, a un escaso metro de ella, también con el caso en la mano. Su media sonrisa comenzaba a ponerme nervioso, no sabía si sospechaba algo.
-Es guapa verdad! Afirmó después de dar un sorbo sin perder mi mirada.
-La verdad es que es muy guapa! Contesté pensando en que la respuesta sería “Está como un tren!”
-Tu también eres muy guapo, aunque dicho por una mujer de cuarenta y cinco años no te sabrá a mucho!
-Que va tía! Estoy encantado de que me lo digas! Además, – continúe a la vez que me acercaba a su cara – esta mujer de cuarenta y cinco años está estupenda!
Acabé susurrándole al oído como un cariñoso alago sellándolo con un beso en su mejilla.
-Gracias hijo! Paso mucho tiempo sola y nunca recibo halagos, y menos de chicos apuestos como tú, jajaja!
Y me correspondió con otro beso en mi mejilla, aunque ligeramente más largo que el mío.
-Pues no es un alago, es la pura realidad. Estás estupenda!
Dije reafirmándome en mis palabras anteriores. Su sonrisa se amplió levemente y se me ocurrió mejorar mi respuesta.
-Y me encantará hacerte compañía el ...