1. Un viaje en tren para el recuerdo


    Fecha: 14/12/2023, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: DAMECANDELA, Fuente: CuentoRelatos

    ... tardé en recuperar la concentración. Me quedé pensando en mi compañera de asiento. Era una joven agradable y simpática. Era preciosa, además. Llevaba unas medias de nylon negras cubriendo enteramente sus piernas, un vestido rayado por encima, y un saco gris. En los pies llevaba un par de borcegos. Tenía el pelo castaño recogido en una cola de caballo, ojos color miel y unos lentes grandes con marco rojo que le quedaban muy lindos. Pero lo que más me llamaba la atención de su aspecto era el piercing con forma de pequeña argolla que llevaba en su labio inferior. Tenía unos labios carnosos y marcados, a los que aquel aro volvía más seductores aún. Noté inmediatamente que a pesar de nuestra breve e insignificante conversación, me sentía un poco atraído hacia Julia.
    
    No supe en qué momento me quedé dormido. Llevaba unas cuántas noches sin dormir a causa de los nervios por la entrevista, y en cuanto bajaron las luces del tren caí rendido sobre la ventana. En mis sueños estaba Marina, la secretaria de mi jefe, en una playa paradisíaca probablemente ubicada en el caribe. Hacía mucho calor y ella caminaba bajo el sol con un vestido blanco que se pegaba a su piel a causa del viento. De repente se daba vuelta hacia mí, llamándome para que la acompañara hasta la orilla. Yo me levantaba de mi reposera y caminaba hacia su lado, mientras ella me miraba fijamente. De repente, ella se quitaba el vestido y estaba completamente desnuda debajo. Sus hermosas y anheladas curvas se presentaban ...
    ... frente a mis ojos en la inmensidad de aquella solitaria playa. Su cuerpo bronceado, sus tetas perfectas con sus pezones rosados y erectos, su cintura llamándome, su pelo negro al viento y su sonrisa cautivante… Yo me acercaba a ella y desesperadamente la tomaba de sus caderas y la besaba con lujuria sintiendo su cálida piel rozando la mía. Mis manos comenzaban a acariciar su figura cuando un ruido me sacó repentinamente mi ensoñación.
    
    A Julia se le había caído una botella al piso, y ante aquel sonido me había despertado. Me sentía transpirado, la calefacción estaba alta y yo seguía bastante abrigado. Me quité la campera y vi mi enorme erección dentro de mi pantalón. Miré rápidamente a mi lado, para verificar que mi compañera no se hubiera percatado. Pero ya era tarde.
    
    - Veo que has tenido un buen sueño, colega.
    
    Yo coloqué mi abrigo encima de mis piernas para taparme, como un reflejo. No respondí, pero me sentía muy avergonzado. Me sentí vulnerable, como un adolescente que han encontrado masturbándose en su habitación.
    
    Evité el contacto visual con mi compañera de asiento, pero podía notar que continuaba mirándome. Luego de unos segundos, la miré, inquieto por la circunstancia. Ella sostenía su mirada en mí, como si hubiera estado esperando que finalmente la mirara también.
    
    - Me permites? - dijo metiendo muy lentamente su mano por debajo del abrigo que yacía sobre mis piernas mientras me miraba fijamente a la cara tratando de leer mi expresión.
    
    Yo no respondí, ...
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