Ensoñaciones
Fecha: 14/10/2018,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... cuantos cuerpos la rodeaban ¿tres, cuatro? Daba igual, quería que las manos, las bocas, los brazos, no se detuvieran, que siguieran hasta hacerla perder el sentido.
De pronto la descolgaron los brazos, que empezaban a estar un poco adormecidos, y notó como sus piernas apenas la respondían para sujetarse en pie. No importó porque había cuatro, seis, ocho, diez brazos dispuestos a cogerla, a acariciarla, a pasársela de unos a otros sin apenas tocar el suelo. Así empezó un masaje, en el que ni un solo centímetro de su cuerpo quedó desatendido, una crema aceitosa empezó a ir y a venir por todo él, manos suaves, grandes, pequeñas, torpes, hábiles, cada una sabía dónde tenía que ir. Dos dedos se introdujeron en su vulva y empezaron a acariciar despacio, unas manos desiguales acariciaban sus tetas de modo también desigual, ahora pellizcando, ahora golpeando, ahora masajeando. Los dedos que acariciaban su vulva seguían poco a poco haciendo alcanzar a Carmen momentos de placer inusitado, su clítoris retemblaba en medio del empuje de esos dedos experimentados.
Por detrás las manos rudas manoseaban su culo y su ano. Despacio primero, luego con decisión un dedo completamente aceitoso comenzó a introducirse en su culo. Nunca había practicado sexo anal, y eso que Daniel se lo había propuesto varias veces. Pero ahora no tenía opción, su voluntad estaba completamente anulada, en medio de la orgía de sensaciones todo la parecía poco. Después del primer rechazo propio de un esfínter ...
... no habituado, el dedo siguió su trabajo haciendo que Carmen sintiera una mezcla de dolor y placer, de anhelo y rechazo, extraña para ella. Entonces, con el cuerpo completamente sumido en las más dulces sacudidas, buscó con la boca una polla que le había anunciado su llegada acariciándola la mejilla izquierda, la introdujo en la boca y empezó a chupar, primero la punta, luego ambos lados, los huevos, caricias leves, pero pronto la polla se metió hasta el fondo de su garganta provocándola una gran arcada, que no impidió que, cuando otras dos pollas se acercaron, Carmen las buscara con deleite.
Después de un gran orgasmo que la dejó sin aliento, se vio elevada por unos brazos que desde su espalda la abrazaban por completo, la depositaron encima de un cuerpo de hombre que parecía hecho de acero. Antes de que se pudiera orientar en su nueva situación, y con su coño todavía buscando respiro, una polla enorme, con fuertes venas marcadas en ella la penetró con decisión, entrando y saliendo a un ritmo pausado pero implacable. Carmen se dejó caer tocando con sus tetas un pecho masculino sudoroso, que inmediatamente se puso a chupar, mordisqueando unos pezones duros que se dejaban hacer.
Apenas habían pasado diez segundos y una segunda polla se empeñaba en meterse en su coño, uno, dos, tres empujones y Carmen sintió como su sexo parecía reventar, mientras otras dos pollas buscaron las caricias de sus manos y aún otra más su boca. Fue en la cara donde recibió el primer latigazo de ...