Toda una señora puta...
Fecha: 18/10/2023,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos
... otra muchacha, acogía a los clientes y les iban acomodando en diferentes lugares. Se le veía conversar con ellos y mirar hacia las muchachas. Y luego la vi dirigirse al grupo y enganchar a mi mujer, llevándola a una mesa donde se había acomodado un hombre, vestido de negro, con jeans y buzo gris. Otras muchachas, igualmente, las fueron acomodando con otros clientes.
Vi cómo aquel hombre saludaba cordialmente de mano a mi mujer. Ambos se sentaron y empezaron a conversar. La vi a ella muy relajada en su papel, pero llegué a pensar que ya debía sentir algo de ansiedad porque ya no eran solo especulaciones. Había llegado el momento. Yo, por mi parte, me sentía nervioso, algo excitado y expectante a lo que pudiera pasar, que no podía ser otra cosa que aquel le pidiera a mi mujer subir a la habitación. Al fin y al cabo, para eso estábamos allí.
Mi mujer se despojó de la chaqueta blanca dejando sus brazos al descubierto, porque usaba una blusa roja sin mangas, que tenía un escote profundo y muy insinuante. Y no pasó mucho tiempo para que aquel la invitara a bailar, lo cual no suponía ningún reto para ella, porque le encanta hacerlo. Se siente como pez en el agua. Es su territorio. El hombre no perdió tiempo, porque bailaba con ella manteniéndola pegada a su cuerpo. Y pensé, cuál es el objeto de que no las toquen durante el encuentro sexual, si en la pista de baile aprovechan el tumulto de parejas bailando para dirigir sus manos y tocar por donde les plazca.
Bailaron ...
... durante dos o tres movidas piezas antes de regresar a la mesa. Y vi como ella, una vez instalados, le servía al hombre licor en su vaso, tal vez siguiendo las recomendaciones de las muchachas. Seguían conversando y, a la distancia, se les notaba animados y comprometidos. Y ella, para mi sorpresa, también bebía a la par de aquel. ¿Por qué estaría bebiendo? Me preguntaba. ¿Será que ahora si se habían despertado sus nervios y necesitaba relajarse un poco? Al rato se volvieron a levantar y volvieron a bailar. Lo hacían muy animados y bastante compenetrados desde mi perspectiva.
Volvieron a la mesa nuevamente y siguieron su conversación, bebiendo y brindando. ¿Cuál sería el motivo del brindis? Pensaba. De pronto vi como ella se volteó, señalando a donde yo me encontraba. El hombre dirigió su mirada hacia mí y levantó su copa, como saludándome a la distancia. Supuse, entonces, que ya aquel le había dicho a mi mujer que quería pasar un rato con ella. Laura se levantó, dirigiéndose a la caja. Entonces una muchacha la siguió a la mesa, llevando un datafono, para concretar el pago del servicio. Los vi levantarse y dirigirse hacia el ascensor. La muchacha vino hacía mí. La señora Laura me dijo que le avisara que van a estar en la habitación 202, que allá lo espera.
Me apresuré a dirigirme allá. Subí por las escaleras para ganar tiempo y llegué frente a la puerta cuando ella recién la estaba cerrando. Así que, cuando me vió, ella se giró para atender a su cliente, desentendiéndose de mí. ...