Toda una señora puta...
Fecha: 18/10/2023,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos
... vez la nota estaba muy alta. Jamás pensé que su curiosidad para experimentar estas situaciones llegara a tanto.
Estaba en esas divagaciones cuando ella volvió a mi lado. Pídeme algo para beber que tengo una sed terrible. ¿Qué quieres, pregunté? Algo frío, dijo ella. Acábate mi destornillador, dije. Pero, ¿tiene alcohol? ¡Claro! Respondí. Bueno, tal vez me está haciendo falta, dijo riendo. Pero pídeme un refresco, un agua con gas. Okey… Me tocó cambiarme las medias. ¿Por qué? Bueno, contestó, con el último cliente me vine de forma impresionante y mojé las medias. Pero, ¿no estabas en la cama? No, estaba de pie. Fue impresionante, me temblaban las piernas. Me imagino que fue el negrito. Sí, dijo. ¿Y se lo mamaste? Y ella asintió afirmativamente con la cabeza. Lo supuse. Bueno, ya valió la pena la noche. Todo el tiempo ha valido la pena, me contestó.
Ella prácticamente había venido a tomarse un respiro de la faena que le había dado aquel. Son las satisfacciones que brinda el trabajo pensé, riéndome para mí mismo. Laura bebió su agua rápidamente y así como llegó se fue. Tan solo fue un corto descanso en el turno que estaba prestando. Volvió a su lugar y esta vez la engancharon con otro hombre, no tan jovencito, tal vez de nuestra misma edad. Se veía muy serio, por sus modales, pero bastante educado por cómo se comportaba con mi mujer, tratándola como a toda una dama. Se comportaría igual si supiera que para esa hora ella ya llevaba cuatro vergas en su vagina.
Al ...
... parecer la cosa iría para largo, porque los acomodaron en una mesa donde les sirvieron bebidas. El tipo, desde el principio, le hablaba muy cerca al rostro de mi mujer, casi que, en su oreja, porque el volumen de la música no facilitaba que la comunicación se diera de otra manera. Estuvieron allí, hablando por largo rato, y, de pronto, ella se levantó invitándolo a bailar. Supongo que fue su iniciativa. Así que se fueron a la pista. Al terminar la música volvían a la mesa, el señor bebía y brindaba, mientras escuchaban otra melodía. Y a la siguiente interpretación volvían a bailar. Y así pasó el tiempo, casi una hora y media.
Pero, al rato, la chica del datafono volvía a aparecer. Y en seguida vi a mi Laura tomar de la mano a aquel señor y proceder de nuevo en la rutina de la noche, rumbo a las habitaciones. La cosa debió se apasionada porque tardó más de los treinta minutos en bajar. Quizá había pagado el turno de 45 minutos. Qué se yo. El hecho es que ella tardó casi una hora en aparecer en escena, como siempre, otra vez arreglada, luciendo como si acabara de llegar al lugar. La vi volver a integrarse con las chicas y casi, de inmediato, engancharse con otro “comensal”, como a esa hora empezaba yo a llamar a quienes se emparejaban con mi mujer, pues ya sabía en qué iba a terminar la cosa.
Esta vez la vi conducir a un muchacho, tal vez de su estatura, de constitución normal, vestido muy informal. A la distancia me pareció muy joven en contraste con mi mujer. Ciertamente, se ...