Toda una señora puta...
Fecha: 18/10/2023,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos
... por ella. Asegurado el pago por el servicio, y sin más demoras, vi como ella lo tomaba de la mano y desaparecían entre la multitud.
Esta situación me estaba generando un tanto de morbo. Yo ya la había visto a ella tener encuentros con otros machos, así que no sabía cual era la causa de mi inquietud. Cierto, las aventuras del pasado habían surgido para hacer realidad las fantasías del momento, hacer el amor con un extraño, tener una aventura de una noche, ir con su amante a un motel, tener sexo con su amante en la cama matrimonial, dejarse seducir en un hotel, en una discoteca, en una playa, hacer un trio, participar en una orgía. Y esto no dejaba de ser una experiencia más en el abanico de posibilidades. Tal vez, llegue a pensar, estaba un poco celoso de que ella tuviera esas posibilidades y yo no las pudiera compartir. Tal vez me sentiría más cómodo si pudiera estar con ella en todo momento.
Al rato, mientras me distraía observando la dinámica del lugar, ella llegó a mi lado. No me di cuenta en qué momento había terminado su servicio y, para esa hora, yo ya había tomado la decisión de no pensar más en aquello y dejar pasar el tiempo, aceptando que las cosas se dieran como tenían que suceder. Yo me adaptaría a sus decisiones y trataría de pasar el rato, esperándola, lo mejor posible. La saludé de abrazo. Oye, ¿cómo va todo? Pregunté. Bien, me dijo. Me ha ido bien. ¿Esta concurrido el sitio? ¿Mucho trabajo? Sí respondió. Les esta yendo bien esta noche. Es un trabajito ...
... para tener en cuenta, comentó. Puede que se sude un poquito, pero la plata se ve. Es una posibilidad que no hay que descartar, dijo sonriendo y lanzándome una mirada maliciosa. Bueno, dije yo, ya descubriste otro de tus tantos talentos y habilidades. Y, mirando hacia dónde estaban las muchachas, me dijo, después hablamos, me tengo que ir.
Esta vez la vi engancharse con un hombre negro y de inmediato pensé, le dieron en la vena del gusto. A este si le va a dejar hacer de todo. Y no me equivocaba, le noté una expresión de alegría en su rostro cuando salieron juntos rumbo a las habitaciones. Se veía un tanto risible cómo ella iba por delante de él, tomándolo de la mano, casi que, arrastrándolo detrás de ella, tal vez con curiosidad por saber qué sorpresas le esperarían con este mulato, pues para mí no era un secreto que los hombres de color eran su afrodisíaco. Así que no dudaba, para nada, que su vagina ya estuviera totalmente húmeda con el sólo contacto de sus manos durante el protocolario saludo.
Yo seguía distrayéndome, tomándome unos tragos, y ya me estaba entonando, pero lejos estaba de perder mí lucidez. ¿Cuántos “destornilladores” me habría tomado hasta esa hora? Ni idea. La verdad estaba excitadísimo con esta aventura, pues me daba mucho morbo el sólo pensar que ella iba a acostarse con varios hombres esa noche. Y si antes, en nuestras aventuras, se me subía la calentura con verla cómo ella se daba a las situaciones para finalmente llevar a cabo sus caprichos, esta ...