1. A su disposición (II)


    Fecha: 05/10/2023, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Diegogozon, Fuente: CuentoRelatos

    Efectivamente, había alguien más en la habitación. Mientras Ana María frotaba sus pliegues húmedos en mi cara y mamaba mi verga, alguien, de vez en cuando, tomaba fotos. La situación me resultaba muy extraña pero las sensaciones en mi cuerpo eran de tal intensidad que opacaban esa extrañeza.
    
    Se apartó de mi rostro y sentí que giraba sobre mi cuerpo. Luego tomó mi verga y la clavó en sus entrañas dando suaves saltos que fueron aumentando su vigor y profundidad. Yo sabía que ella hacía bastante ruido mientras teníamos sexo pero en aquel momento ella reprimía sus gemidos y solo escuchaba su respiración fuerte. Yo gemía o gruñía mientras ella saltaba sobre mí verga. Al cabo de un rato la sacó y sentí que daba otro giro. Ahora me daba la espalda y volvía a meter la verga para volver a cabalgar. La cámara sonaba de vez en cuando y desde diferentes lugares alrededor de la camilla.
    
    Ana María cabalgaba frenéticamente. A pesar de su esfuerzo por no gemir, de vez en cuando se escapaban retazos de chillidos de placer. Yo no aguantaba más. Gemía al borde del desmayo. Toda mi sangre parecía agolparse alrededor de mi verga. Sentía que el cuerpo presionaba allí con una fuerza poderosa. Entonces mi leche fue despedida violentamente primero con dos chorros pequeños. El tercero fue abundante y prolongado. Lo acompañé con un gruñido que no podía contener. Ella también gemía mientras sus saltos perdían velocidad. Los músculos de su cuquita apretaban con fuerza y extraían la leche que ...
    ... quedaba en mi verga.
    
    Tras unos instantes así, se bajó de la camilla. No escuché ningún sonido por un minuto y entonces unas manos se apoyaron en mis piernas. Casi de inmediato sentí que mi verga, con algo de erección aún, era absorbida por una boca. Sentía cómo esa boca chupaba como recogiendo la leche que había quedado tras haberse retirado Ana María. No sabía si quien hacía esta limpieza era ella o tal vez una amiga suya. En cualquier caso, la cámara seguía disparando fotos.
    
    Al cabo de un rato mis manos y mis pies fueron desatados. Mi verga fue halada y entendí que debía incorporarme. Fui conducido a la sala y me senté (o me sentaron) en el sofá. Poco después me acercaron alimento que me era proporcionado cada vez que acababa de pasar el anterior bocado. Al terminar sentí en mis labios el borde de una copa y bebí vino.
    
    Después de un rato que no vale la pena detallar, fui conducido der nuevo a la camilla. Esta vez solo una mano y un pie fueron atados. Enseguida solo hubo silencio y me dormí. No sé cuánto tiempo pasó. De repente sentí que unas manos acariciaban mi rostro y mi cuello. Eran caricias llenas de delicadeza. Como estaba de medio lado, las manos me indicaron que debía volverme boca arriba. Luego pasearon por mi pecho y por mi vientre dando círculos caprichosos hasta rodear mis pezones. En ese momento sentí que la sangre volvía a fluir hacia mi verga aunque no de inmediato. Mientras las manos hacían su recorrido, los labios esparcieron su aliento por mi rostro y ...
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