Héctor de abogado a amante (1/3)
Fecha: 19/06/2017,
Categorías:
Confesiones
Autor: Marinna, Fuente: CuentoRelatos
Trabajo en un edificio donde en cada piso se renta y hay abogados, contadores, médicos, dentistas y demás.
Soy italiana, 37 años, nutrióloga, delgada, de tez muy blanca, ojos grandes color miel, cabello rizado largo a media espalda, color rubio cenizo, piel exageradamente blanca, tengo un cuerpo bien proporcionado aunque nunca me he sentido muy sexy, siempre tengo mucha suerte con el sexo opuesto, Y en general soy atractiva.
En mi piso somos puras mujeres entre las nutriólogas, las doctoras y la secretaría el material masculino digamos que no abunda, así que cuando vimos que se mudaba una forma de abogados, puros hombres la curiosidad hizo presa de todas.
Al piso 8 se mudó una firma de abogados, dos de ellos, los socios fundadores son dos hermanos de buen ver, uno se presentó como Jorge es de cabello negro y rizado de 1.75 m de altura, complexión atlética, abogado laboral y el otro se presentó como Héctor, 1.90 m de altura, piel bronceada, sonrisa amplia, cachetón con aire juvenil, cabello rizado color castaño, muy atractivo, de complexión atlética, muy varonil, brazos fuertes y piernas largas, con una sonrisa hermosa, justo el tipo de hombre que me gusta; se presentó como abogado civil, me saludaron muy amistosos me ofrecieron sus servicios en caso de que desgraciadamente llegase a necesitar un licenciado.
Todos los días estacionaban sus autos en el espacio junto al mío y coincidentemente siempre me los encontraba, nada pasaba de un:
—buenos días ...
... vecino.
—buenos días vecina!
Conforme fueron pasando los meses los fui conociendo mejor y nos empezamos a hablar por nuestros nombres, nos llevábamos bien pero jamás como para irnos a comer o a tomar la copa, todo era entre pasillos o recepción, compartir el elevador o cedernos el espacio de los estacionamientos.
Un día me llegó un citatorio y se me ocurrió llamar a Héctor para que me asesorara, llamé al número de la tarjeta que me dio Jorge y le pedí el celular de su hermano, le expliqué el asunto y sin preguntas me dio el número de Héctor, marqué y cogió el celular enseguida, me dio una cita para el día siguiente en su oficina el piso 8 a la una de la tarde.
Yo tengo mi consultorio en el primer piso así que subir 7 pisos por el ascensor era bastante cómodo, al día siguiente subí a las oficinas del octavo piso, la secretaria me abrió la puerta y tomé asiento en la sala de espera, después vestido de traje color azul marino con corbata roja salió Héctor, con una gran sonrisa, me saludó y pasamos a su oficina a hablar de mi caso, era una oficina amplia justo igual a la mía, tenía un escritorio y a diferencia de la mía tenía un sofá de dos plazas del lado derecho color beige, platicamos sobre el caso su secretaria nos trajo algo de tomar y al verme nerviosa saco unos dulces de su cajón y me ofreció, ambos comimos varios y pude notar que era muy amable y carismático, no sólo tenía buen gusto para vestir, también usaba una loción deliciosa que me erizaba la piel.
La cita terminó ...