El socio de mi marido
Fecha: 07/10/2018,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: libelula, Fuente: CuentoRelatos
... empezó a meterla y sacarla dándose gusto con mi coño. Primero despacio, recreándose perforando mi chocho, luego fue aumentando el ritmo jadeando de gusto cada vez mas excitado, mientras yo emitía sonidos guturales con la boca llena de la polla de mi marido. Estuvo follándome como cinco minutos hasta que notó mi corrida y eso le hizo eyacular echando leche como un semental. Notaba los espasmos de su verga echando chorros en disminución y sintiendo las contracciones de mi almeja en su polla, lo que hizo delicioso el orgasmo de ambos que casi no termina.
La sacó chorreando fluidos por mi entrepierna y mi marido, que ya no aguantaba, se levantó para intercambiar la posición con su amigo y sentí su pija como entró de un golpe en mi vagina que aún seguía con las palpitaciones del reciente orgasmo. Ya estaba dedicada a la verga de Ramón lamiéndola, degustando la mezcla de semen y flujo pegados a ella. Me deleitaba saboreando y oliendo aquel néctar delicioso impregnado en aquel miembro ahora amorcillado, que me proponía recuperar para la causa. No tardé en sentir el corridón de mi marido, inundando de nuevo mi intimidad y desprendiendo semen abundante piernas abajo.
Dijo que tenía que madrugar porque al día siguiente viajaba por trabajo, y recomendando a su amigo pasara la noche conmigo, le animó a follarme toda la noche y se fue a descansar a otra habitación.
Seguí trabajando la pija de Ramón que ya empezaba a dar signos de vida; me pidió me diera la vuelta para poder ...
... comerme el coño y obediente le puse mi sexo encima de su cara bien abierto a su disposición. Sentí su lengua repasando la raja empapada y abierta de par en par y luego sus dientes oprimieron con suavidad la base del clítoris, que ya fuera del capuchón había adquirido todo su tamaño y dureza. Me lamio la puntita con la lengua produciéndome temblores. Sabía el cabrón cómo hacer sentir a una hembra caliente y viciosa; me estaba dando la mejor comida de coño que me habían hecho en meses, gritaba como una posesa, pedía mas y eso le ponía mucho y me daba azotes en las nalgas mientras me decía obscenidades e insultos. Pasó a meterme la punta de la lengua en mi ano, lubricado metió el dedo pulgar taladrándome, mientras me metía lengua sin parar en el coño. Debió encontrar mi punto G, porque empecé a temblar y a tener estremecimientos hasta que me corrí con chorro en su cara.
Con la polla en erección extrema se levantó y agarrándome de la cintura no tardó en colocar el capullo en mi ano, que fue cediendo a su opresión poco a poco hasta introducirlo entero, apenas noté dolor de lo excitada que estaba, y su verga se fue introduciendo hasta que sus huevos chocaron en mi culo. La sensación era de lo mas extremo y excitante y le pedí me poseyera duro. No tuve que insistir porque empezó a taladrarme salvajemente. La estrechez del conducto hizo que la excesiva estimulación le hiciera venirse rápido llenando de semen mi intimidad, mientras él jadeaba gritando "toma, toma, toma polla, puta". ...